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Marcela mi vecina (VII): Stefy
Fecha: 08/07/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: MartinyMarcela, Fuente: CuentoRelatos
... gracias por ser la mujer que me provoca miles de sensaciones cuando cogés. Y tímidamente las manos de Stefy se posaron en la cadera de la rubia y recorrieron la tela del pijama desde las piernas hasta llegar a sus glúteos. La rubia con los ojos cerrados imaginó un instante que esas manos curiosas eran las de Nacho, su marido cuando la tocaba buscándola. "La nena" –como Marcela la llamaba– era un tanto atrevida, de posar sus manos en el culo de la dueña de casa le fue bajando el holgado pantalón de dormir, y por primera vez con sus manos sintió la suavidad de esa carne sin ninguna celulitis ni estrías y al menor descuido ya le desprendió los botones de la parte de arriba de su prenda de dormir. Marcela quedó en bombacha y corpiño. Stefy tenía el total dominio de la situación y la despojó del pijama casi sin que ella se diera cuenta. Se le sentó sobre la panza y mirándola a la cara mientras le urgaba los pechos por sobre la delicada tela del corpiño se le declaró. –Marce no te asustes ni te enojes pero en el fondo soy un tanto lesbiana y vos me calentás, sos hermosa y muero de ganas de coger con vos. –Emmm nena... Te estás confundiendo conmigo... –Shhh no digas nada, ya se que vos jamás serías torta, pero estamos las dos metidas en tu cama y te veo así tan linda y nada... me gusta tu cuerpo, tu carita y tu voz tan sensual, tu pureza y tu madurez y ahora que te tengo toda para mí no voy a dejar pasar éeste momento. Me calentás Marcela Alejandra ...
... Rodríguez, me gustas mucho. Marcela estaba aturdida, Stefy iba a todo o nada y tenía un poder de persuasión increíble, o tal vez ella se encontraba vulnerable. Lo cierto es que Stefy estaba decidida e iba por más. –Stefy... yo no podría... tengo un marido a quien amo... digo... vos y yo no deberíamos hacer esto. Para ese entonces Stefy la calló con un sentido beso en la boca tanto que Marce no salía de la confusión, y la chica decidida fue bajando para meterse entre sus piernas y ya sin tapujos husmeaba los elásticos de la fina bombachita negra de encaje que cubría su sexo para bajársela lentamente. Stefy no le dio tiempo a nada, sin que Marce pudiese hilar palabra la chica se acomodó entre sus piernas y con la cara metida entre ambas empezó a comerle la concha. Sus lamidas eran tan efectivas que la mente de la rubia cuarentona quedó en blanco, su sistema nervioso tuvo que formatearse y liberándose de todo prejuicio logró relajarse. Aflojó tensiones y la dejó continuar a su joven vecina que por los lengüetazos certeros en las zonas más sensibles de su intimidad le estaban haciendo ver las estrellas. Unos involuntarios gemidos salieron de lo más profundo de su ser incentivando aún más a la chica curvilínea que al escuchar esos sonidos tan propios de su rubia vecina idénticos a cuando pared de por medio estaban separadas la volvió loca. Maria Julia su mejor amiga fue una buena maestra, las dos se propiciaban placer mutuo y hoy todo ese aprendizaje se lo estaba volcando ...