1. METAMORFOSIS 204


    Fecha: 12/07/2025, Categorías: Gays Autor: Betelgeuse, Fuente: SexoSinTabues30

    ... “¡aahhhhhggttt!” “¡quiero otro….si!” “de ti… quiero otro…!” “¡otro hijoooo!” “¡ahora… tuyooooo… mi amor!” Lupercio animaba para seguir amándola intensamente, estaba consciente de lo que le decía y asentía aprobando su decisión diciéndole a ella: “¡si… un hijo de los dos!” “¡un hijo tuyo y mío… un sucesor de todo!” “¡sucesor!” “¡nuestro hijo!” “¡sucesor!” con más intensidad el pene entraba y salía “¡nuestro!” esas frases quedaron retumbando en el cerebro de Renata, la niña no podía articular criterio pero podía ver a su madre entregándose en brazos de Lupercio, un hombre diferente a su padre, el cuerpo de su madre lo entregaba a otro de sus amantes en los que también estaba Jasmani, la pequeña Renata recordaba que semanas antes Ana lo hacía con Jasmani y también lo había hecho con el patrón Joaquín Valdés, en ambos casos ella era testigo, ni hablar de aquellas noches en que su madre hacía el amor con su padre en ese cuartito que le separaban unas cortinas, solo que con él se notaba una actitud de recelo y molestia lo que no ocurría con los otros amantes, Lupercio seguía sometiendo sexualmente hasta más no poder, realmente sentía algo por ella, fue su amor de infancia, lamentaba que se haya hecho de aquel pobre hombre borracho del pueblo, en el pueblo quedaron sorprendidos todos acerca de esa relación en la que ahora Ana tenía dos hijos de ese borracho de carácter débil, también para sorpresa de todos la cara de sus dos hijos tenían gran parecido con la de su madre Ana, ...
    ... sus hijos eran muy lindos en contraste con el rostro de su padre, para ahora ella deseaba tener uno del hijo del patrón dueño de esas tierras del sector selvático del país de la canela, sólo que ese mismo deseo de tener un hijo Ana también se lo dijo a Jasmani, seguramente era la estrategia para sentirse más gustosa de sexo, para ese instante ya el sudor recorría sus pieles, Lupercio muy animado escuchando aquellas palabras continuaba metiendo y sacando el pene sin cesar, quería probar hasta el último rincón de aquel hermoso cuerpo de campesina hermosa, la besaba mientras la penetraba con pasión, era su mujer, en ese momento, y siempre, su mujer, eso creía, eso sentía, eso experimentaba, su mujer ahora, en este momento, la que el destino no quiso que formase un hogar, por un tiempo la odió por haberse hecho de aquel hombre, luego ahora la necesitaba más que nunca, era su sostén emocional para su solitaria vida, era ella, Ana, la dueña de su corazón, lamentablemente las apariencias y las clases sociales imperantes de la época junto con su tradición familiar no le permitieron formar un hogar con ella, sobre todo su padre influyó en aquello, a Lupercio sólo quedaban reducidas sus esperanzas en aquellos encuentros clandestinos, de ser amantes, se limitaba en acariciar a los pequeños hijos de Ana simplemente imaginándose ser el padre de ellos, el poco semen quedado dentro de la vagina hizo que ella suspire al sentirlo dentro de sus entrañas, esperaba que con eso ya hubiese sido ...
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