Esther: despedida de soltera en familia (11) - Relatos Eróticos

Esther: despedida de soltera en familia (11)

... Limítese a hacer su trabajo, padre - le contestó y el padre de inmediato cerró la boca antes de regresar a su sitio, pero fue en ese justo momento en que miré a Felipe, después de haber dicho aquellas palabras, mientras él miraba a su hermana y Julia le devolvía una expresión turbada por el llanto, cuando recordé que él estaba pasando con esa mujer por la misma clase de situación que yo experimentaba con respecto de Rodrigo.

Todo comenzó a pasar en cámara lenta por los siguientes segundos, observando la mirada que compartieron aquellos hermanos enamorados, la manera como giré mi cabeza para encontrarme con la arrogante expresión de mi madre y la rabiosa forma como Celia no dejaba de observarme, hasta llegar a las únicas personas que realmente me importaban en ese lugar, donde me llevé una gran sorpresa al ver que Paola negaba con la cabeza, al ver cómo sus lágrimas enmarcaban su rostro mientras sus labios dibujaban en el lienzo del espacio las palabras: no lo hagas, no te cases.

Mi mirada regresó al ramo de flores que sostenía en mi mano antes de posarse una vez más en el rostro de Felipe, quien para ese momento estaba a punto de llorar, sabiendo que solo faltaban minutos para sellar el destino de ambos y que no hubiera marcha atrás en algo que ninguno de los dos queríamos hacer.

- Tú tampoco quieres hacer esto, ¿Cierto? - le susurré al oído, haciendo que volteara ligeramente la cabeza, en un movimiento tan discreto que probablemente resultó imperceptible para la ...

... mayoría de los espectadores.

- No te ofendas, eres muy linda y todo, pero no, no quiero casarme contigo, lo hago porque mi madre cree que sería un buen movimiento, que proyectaría una buena imagen a nuestros futuros aliados de negocios - contestó, nervioso ante la posibilidad de que alguien nos escuchara, mirando de reojo hacia atrás, como si quisiera asegurarse de que nadie podía atestiguar aquello de lo que ahí se estaba hablando.

Miré nuevamente en dirección de mi madre y pude ver, no sin algo de regocijo, la forma temerosa como me observaba, ese brillo de miedo que la hizo intercambiar un vistazo con su hermana antes de mirarme de nuevo, preocupada, temerosa, sabiendo que sin importar lo que pasara después, justo en ese momento, en ese preciso instante, tenía su vida en mis manos.

- Quisiera terminar con todo esto, pero temo por el futuro de mi hermana, y de hecho podría hacerlo si tan solo…

- ¡Dime qué es lo que necesitas para acabar con esto y lo pagaré con gusto! ¡Haré lo que sea para que esto no pase! - contestó sin pensarlo, impregnando en su voz tal clase de ansiedad y desesperación que supe que estábamos a punto de hacer algo peligroso dada la personalidad de nuestras madres, pero al escuchar ese tono que me decía que estaba desesperado por encontrar la forma de librarse de mí, entendí que podría usar esa clase de sentimiento para asegurar un futuro para mi hermana, así como también deshacerme de esa asquerosa familia en la que tuve el infortunio de haber ...