Historia 4: ¡Un Trío, ni loca!
Fecha: 21/07/2025,
Categorías:
Confesiones
Autor: Seduccion, Fuente: TodoRelatos
Luego de buscar información y realizar algunas investigaciones, una de las fantasías sexuales más oscuras, morbosas y pervertidas es hacer un trío. Hombres y mujeres por igual desean en cierto grado experimentar aquella situación sexual agregando a alguien más en aquel momento. Sin duda que la calentura de la provocación, los juegos, el deseo, el placer, entre otros, podrían manipular nuestra mente y hacernos desear situaciones que van más allá de la unión sexual de la pareja. Solamente como ejemplo imaginemos estas dos escenas:
En la primera, una mujer en la posición perrito, detrás de ella un hombre que la toma por las caderas y se mueve una y otra vez penetrándola fuerte, duro, rápido. Mientras la mujer se empina, gime y goza de placer al frente de ella hay otra mujer con las piernas abiertas dejando su depilada vagina a la altura de la boca de la mujer que está siendo penetrada. Una mujer disfruta de las lamidas de la otra, gimiendo, moviendo sus piernas, tocándose los pechos, jalando sus pezones, apretando con sus manos la cara de su compañera que gime y chupa viciosamente su sexo.
En la segunda escena, un hombre acostado sobre la cama, la mujer sobre él cabalgándolo, ambos gimiendo y moviéndose, el hombre acostado la abraza, y detrás de la mujer un segundo hombre acariciando las nalgas de la mujer, escupiendo y dilatando su culo para posterior a ello montarla. La mujer excitada, entre el dolor, el morbo, el placer de ser dominada y manoseada por dos machos, gime ...
... y grita de deseo.
La continuación de ambas historias ya sabemos cómo podrían terminar, pero si de algo estoy segura es que tan solo leyendo o imaginando estas escenas, nuestro cuerpo y nuestra mente subieron la temperatura dejando que nos excitemos por esta perversión. Y justamente ahí está la diferencia, la fantasía de la realidad y me voy a explicar. Amo tanto a mi pareja que, si bien somos fuego en la cama y damos rienda suelta a nuestros deseos, nunca me perdonaría o no podría concebir el hecho que otra persona intervenga en nuestra relación. Al menos yo, no podría tolerar mirar a otra mujer besando a mi esposo, o más intenso aún mirando como otra mujer le proporciona placer.
Me traslado años atrás, disfrutando de nuestro matrimonio, y de nuestra vida sexual. Siendo cómplices de nuestras fantasías, morbos y deseos. Es muy oportuno mencionar que nuestra actividad sexual disminuyó cuando trajimos hijos a este mundo, sin embargo, buscábamos maneras de darnos tiempo para nosotros, incitarnos, provocarnos, planear salidas o momentos románticos que mantenga el "picante" como pareja. (Tal como lo pudieron leer en la Historia número 2)
Mi esposo planeó esta velada, él mismo se encargó de dejar a nuestros pequeños hijos en casa de sus padres, y me dijo que aquella noche tenía planeado algo especial. Así que sin saber mayores detalles me preparé para nuestra cita. Usando un escotado vestido floreado, que además marcaba mi cintura y dejaba ver mis largas piernas, debajo de ...