Martina-2 - Relatos Eróticos

Martina-2

... que además daño, por las humedades algunas de las tuberías por donde circulaban el gas y las conexiones eléctricas...un desastre, salió hasta en la TV, aunque el seguro se ocupó diligentemente del asunto, cada vecino tuvo que buscarse la vida para realojarse, y a mi se me ocurrió que vería muy bien si quería venirse a vivir a mi apartamento hasta que todo se solucionase, que podía coger lo que necesitase y venir mañana mismo. Lo cierto es que, en esa época, la cantidad de trabajo que tenía encima era muy grande, y el accidente le habría puesto en aprietos de no tener una solución rápida como la que yo le ofrecía.

Al principio dudó un poco, pero no lo pensó demasiado...¿Por qué no?...nos llevábamos bien y teníamos conversaciones inteligentes...el caso que en poco menos de cuatro días, tomó lo que necesitaba y se vino a mi casa. En más de 100m2 podíamos vivir las dos perfectamente.

Organizó una pequeña mudanza y en poco tiempo sus cosas las trajeron una tarde en una camioneta de una agencia de mudanzas local.

Parecía que no, pero este incidente supuso un cambio de rumbo y de velocidad en la que mi vida se iba desarrollando.

Su guardarropa era de muy buena calidad, teníamos una talla bastante parecida, yo tenía algo más de estatura...me estuvo explicando que tenía ropa para ir de tranquila la que yo conocía y “otra ropa”.

Abrió una maleta y me la enseñó. Era toda muy sexy, provocativa... Preciosa.

Luego. abrió otra maleta...-

"Te voy a enseñar algo muy ...

... especial".

Y abrí los ojos como platos mientras desplegaba con mimo la ropa que iba sacando de la maleta para colgarla en el perchero.

-”Es ropa de puta, calzado de puta”-Me dijo-

Le mire con... ¿sorpresa?...no, lo siguiente…

-”¿Para que quieres ropa de puta”?

-”Porque a veces voy a alguna fiesta en la que quiero ser una puta, Martina. Quizás no puedas entenderlo, es una manera de disfrutar del sexo algo distinta, no es como ligar con un pavo un fin de semana...es...mira es como si vas a un sitio con un cartel que diga...”he venido a que me follen, estoy disponible”...Son fiestas muy privadas, donde los hombres son chulos y nosotras somos putas. Te sorprendería cuantas “damas” acuden a esa clase de fiestas...Tu, por ejemplo, estás en tu primera transición, eras hombre y ahora quieres ser otra cosa...habrás saboreado un cambio muy fuerte que te dejará huella, pero que te gustará experimentar...y luego querrás “otro cambio”...y el placer de probar algo nuevo…”

Yo la oía y pensaba que lo que decía era muy sensato. Tenía sentido...yo había oído hablar de que algunas mujeres casadas, que tenían amantes secretos, actuaban como putas para sus amantes, tenían ropa guardada en trasteros alquilados, hasta un “piso franco” entre varias de ellas donde llevaban a sus amantes...alguna de ellas era capaz de quedar con tres hombres a la vez.

¿Por qué Marta no podía tener espacio para ser una guarra en el sexo si le apetecía en un momento dado?.

La conversación acabó cuando ...