1. Fidel y sus maduritas 7


    Fecha: 03/08/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Eusebnarra, Fuente: TodoRelatos

    ... creéis que se llevó para acompañarlo? Efectivamente.
    
    -Fidel, estoy muy contento contigo, ya me conto Doña Lourdes lo que estás haciendo por la empresa y lo que hace mi querida Alba, esa mujer es una trabajadora incansable y eficaz. Quiero visitarla en su casa, para ver si necesita algo y darle las gracias personalmente, como no hay nada que hacer hoy, me acompañaras y de camino llevas lo que tengas para ella y esta tarde no tendrás que hacerlo, aprovecha el último fin de semana del verano, que ya empezamos con la rutina diaria.
    
    Que le iba a decir, “no Don Adolfo, si yo pienso ir de todas formas a follarme a la madurita después”, quedaría un poco pedante ¿verdad?, pues a joderse y acompañarlo tocan. Recogí la documentación preparada y allá que nos fuimos, esta vez por lo menos fui en el coche del jefe, fresquito, pero a la vez un poco nervioso. Durante el trayecto me volvió a dar las gracias por todo y a ensalzar las virtudes de Alba, estaba claro que la tenía en mucha estima. También, creo, se le escapo un comentario sobre el marido, algo parecido a un “mira que dejarla sola en su estado”, al parecer todos tienen calado al sin sangre. De hecho antes de llegar paramos en una floristería y compro un centro de rosas precioso para regalárselo. Llegamos y llame al portero, me contesto Verónica:
    
    -¿Quién es?
    
    -Soy Fidel, vengo con Don Adolfo a ver a la señora Alba.
    
    -Pasen por la puerta principal y esperen en seguida les abro.
    
    -Gracias. –y abrió-
    
    Esperamos unos ...
    ... minutos frente a la puerta y nos abrió Vero.
    
    -Disculpen estaba acomodando a la señora, no esperábamos visitas hasta la tarde y claro…
    
    -No se disculpe, es normal, sin avisar cada uno está en casa lo más cómodo posible.
    
    Pasó Don Adolfo y yo detrás con el centro que no se me veían más que los ojos.
    
    -¿Dónde pongo esto Verónica?
    
    -Trae, trae, ya lo coloco yo en el salón, es precioso Don Adolfo, a la señora le va a encantar.
    
    Se colocó el trapo que traía en la mano en la boca y me quito el centro de las manos, al mismo tiempo me echó una mirada, que juraría, estaba cargada de intención. Coloco el centro de flores en la mesa grande y cuando se volvió no se quitó el trapo de la boca, es más, se sonrió mientras me clavaba los ojos en la entrepierna. La jodía estaba cachondeándose de mí con el jefe delante. Finalmente nos llevó al despacho donde Alba estaba tras la mesa con los expedientes y documentación sobre la mesa.
    
    -Don Adolfo ¿Qué hace usted por aquí?, no lo esperaba, disculpe como lo recibo pero ya ve, aquí trabajando.
    
    -Nada que disculpar, es más soy yo el que te pide perdón por aparecer de improviso en tu casa sin avisar.
    
    -Nada, nada, dígame ¿Qué le trae por mi nueva oficina?
    
    Me sentía apartado, ni siquiera se había dirigido a mí para darme los buenos días, me sentí un poco humillado.
    
    -Querida mía, vine para agradecerte lo que haces por la empresa y por mí, otra persona me habría obligado a volver para el cierre, pero contigo sé que todo está en ...
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