Jamal de carne y hueso. Vicky - Relatos Eróticos

Jamal de carne y hueso. Vicky

... chico, Jamal.

—Hola, Jaime.— Le dije estrechándole la mano.

Fue Victoria la que distribuyó el juego entonces.

—Jaime. Tú ponte con Ana que yo voy a continuar con Jamal.— Dijo Vicky dándole un beso apasionado a su amante.

Dicho esto, Vicky se sentó en la cama y se abrió de piernas, mientras Jaime comenzaba a besar a Ana devorando su boca.

La estampa que se presentaba ante mí era cuando menos tentadora, muy tentadora. Me fui hacia la cama mientras mi chica empezaba a desnudar a Jaime, yo acabé de desnudarme también quitándome el bóxer del todo.

—Pero que bueno que estas, Jamal.— Dijo Vicky al verme.

—Se hace lo que se puede.— Le respondí sonriendo.

Entonces me giré para ver lo que estaba haciendo Ana, que, con Jaime ya desnudo, se había vuelto a poner de rodillas y estaba haciéndole una felación digna de cualquier película porno.

Me arrodillé en el borde de la cama y empecé a degustar el manjar que Victoria tenía entre las piernas, mientras esta comenzaba a gemir de una manera muy sutil.

—Que bien comes el coño, Jamal. Ahhhh, si sigues así no tardaré en correrme.— Dijo Vicky agarrándome el pelo y hundiendo aún más mi cara entre sus muslos.

Para entonces, Ana y Jaime habían cambiado de posición y fue Ana la que se tumbó en la cama, al lado de Vicky, para que Jaime siguiera mis pasos. Al ver mi amante, la nueva situación. Le fue tan fácil, como girar la cabeza para empezar a besar a Ana, apasionadamente.

Al ver eso, no pude aguantar más la ...

... presión, levantándome y poniéndome un condón, me dispuse a follarme a Vicky.

— Ve con cuidado, Jamal. Que la tienes muy gorda.— Dijo Vicky, sujetando mi verga y llevándola hasta notar la punta en la entrada de su vagina.

—No te preocupes. Vas a disfrutar como nunca.— Le dije yo, mientras comenzaba a empujar mi ariete dentro de su húmeda cueva.

—Mira Jaime, como van a reventar a tu novia.— Dijo Ana, mirando a los ojos de Jaime, mientras le cogía del pelo y le levantaba la cabeza, para que mirase lo que estaba ocurriendo a su lado

Vicky, comenzó a gemir muy alto, mientras apretaba los dientes, al notar la presión que dilataba las paredes de su vagina, hasta un límite que ella no había conocido.

—Dios. Me vas a abrir en canal.— Me dijo, agarrando fuerte mis brazos, casi arañándolos.

Jaime, no perdía detalle de cómo estaba empezando a disfrutar su amiga y acto seguido, se puso un condón y empezó a penetrar a Ana. Que al notar la presencia de Jaime dentro, empezó a correrse de una manera, dulcemente escandalosa. Pasado el orgasmo de Ana, las chicas volvieron a besarse, jugando con las lenguas de manera muy exagerada.

Los chicos, éramos espectadores de un acto, digno de cualquier bacanal de la antigua roma.

Seguíamos bombeando como si fuera una competición. Entonces paré, haciendo que Vicky se levantara, la besé ferozmente y la hice ponerse a cuatro patas.

La visión de ese culo perfecto y el libre acceso a sus pliegues más íntimos, me hizo arrodillarme tras ...