1. Olga, el comienzo


    Fecha: 17/08/2025, Categorías: Confesiones Autor: olgatr, Fuente: CuentoRelatos

    ... aproximaba a cualquier parte de mi cuerpo resbalaba yéndose en cualquier dirección menos en la adecuada. Mis piernas estaba separadas, totalmente abierto y su cuerpo metido entre el mío cuando por azar su glande quedó encajado en el lugar adecuado, permanecimos inmóviles unos segundos tratando de evitar que volviera a resbalar y perdiera el lugar. Inclinó su cuerpo sobre el mío para besarme en la boca y sin pretenderlo se deslizó dentro de mi hasta la empuñadura.
    
    Sin darme cuenta, sin sentir el más mínimo dolor o molestia después de más de una año de la primera y única vez que me habían penetrado lo tenía totalmente dentro de mi. Estuve a punto de correrme a medida que le sentí entrar, se mantuvo unos instantes inmóvil y rodeé su cuello con mis brazos al tiempo que mis piernas también rodearon su cintura sujetándole contra mi. Lentamente comenzó a moverse arriba y abajo y comencé a sentir como se deslizaba dentro de mi hacia fuera y hacia dentro. Es imposible de describir, tenía unas enormes ganas de correrme pero no podía. Lentamente pero sin parar estuvo follándome unos diez o doce minutos mientras yo le susurraba que estaba a punto de correrme, que quería hacerlo pero no podía.
    
    Volvió al vaivén del mete-saca y cuando su polla estaba casi totalmente fuera manteniendo dentro de punta del glande sentí un calambre a lo largo de mi espina dorsal y con un gemido comencé a eyacular. Entonces volvió a empujar suavemente volviendo a entrar en mi dejándome sentir como su ...
    ... polla comenzaba a escupir dentro de mi. Todo fue en unos segundos, o quizá menos, comencé a sentir el orgasmo y al sentirle entrar y correrse dentro aquella sensación se multiplicó por mil y sentí un placer intenso como jamás lo había sentido, jamás mi polla había palpitado tanto y tantas veces escupiendo tanto esperma. Pocas veces he vuelto a sentir algo así, es difícil llegar al clímax y correrte sin tocarte, sin masturbarte, solamente sintiendo como una polla lima el interior de tu ano. Es indescriptible.
    
    Tenía 59 años y se llamaba André, casado de Chartres a poco más de una hora de París; me invitaba a tomar algo en un club que dos días a la semana los dedicaba a lo que llamaban tercer género "au Lys en l'île" en la isla de San Louis, un local de encuentro entre travestís que he frecuentado muchísimo y que desgraciadamente cerró definitivamente en noviembre de 2019 si bien las amistades que hicimos allí todavía perduran. No dudé en aceptar la invitación, André me había dicho que había un cuarto donde poder cambiarme de ropa pero insistió en retarme a ver si era capaz de salir del hotel como una mujer.
    
    Decía que además él me acompañaba y todo el mudo iba a respetarme. Imposible olvidar la fecha, el miércoles 4 de septiembre de 2002, unas diez estaciones de metro y varios centenares de metros de la mano de André con un vestido muy ajustado (había sido de mi ex) de dibujos geométricos en beige y negro con mis botines recién estrenados. Un conjunto de lencería dibujo de ...
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