El Predicador - Relatos Eróticos

El Predicador

... coqueta.

Como estábamos sentados muy juntos en el sofá, me recargue sobre su pecho abrazándolo inocentemente y con aquella mirada de borreguita tierna que derrite a cualquiera.

De inmediato note como se le paraba dentro del pantalón y se le ponía dura, con mayor razón, ya que en esa posición él podía ver bajo mi escote mis lindas bubis redonditas y apetecibles.

El hombre nervioso, empezó a hablar entrecortado sin poder dejar de verme los senos, ya su voz mostraba total excitación.

~ ¿De veras hija? Pero, ¿qué edad tienes? Apenas eres una bb~ me decía ya más agitado, tratando de tragar saliva con algo de esfuerzo.

~Ya no soy tan bb~ le decía coqueta, acabo de salir de la Secu.

Me volví a abrazar a él como indefensa, buscando su protección, mirándolo inocentemente, pero sin querer, una mano bajo descuidadamente quedándose sobre su enorme pene que ya estaba a punto de estallar.

El hombre ya no pudo más, a pesar de sus enormes esfuerzos por contenerse, finalmente sucumbió ante mis encantos. Rápidamente se la saco de dentro del pantalón y me la dio a manoseársela en lo que él, apuradamente me besaba los senos descubiertos, con tremenda pasión y excitación.

Me compadecí de él y enseguida me saqué la blusa y el bra para permitirle hacer. El hombre me abrazaba desesperado y me chupaba los senos y los pezones de lo más rico. Sentí como se paraban y se ponían súper duros.

Yo se la manoseaba también muy rico, la boca ya se me hacía agua y sentí como me ...

... empezaba a mojar.

Así que le pedí que se sacara el pantalón y nos acomodamos sobre el sofá, el boca arriba y yo sobre el de modo que se la pudiera chupar. El me metió mano y se sorprendió de ver que ya estaba yo toda empapada, así que me saco los calzones y me empezó a chupar el también en un delicioso 69.

Los jugos se me salían y él se los bebía todos, como naufrago sediento. Luego me empezó a dar una chupada de clítoris tan tremenda, que casi me vengo de lo caliente que ya me tenía el hombre ese. Así que me levanté y me di la vuelta quedando sentada sobre su enorme verga.

Me empecé a mover lujuriosamente, de lo más cachondo, enterrándomela poco a poco, disfrutando como entraba cada centímetro suspirando y gimiendo a cada sentón. Era increíble sentir como su enorme cabezota se iba abriendo paso a cada movimiento, hasta que, finalmente, me la clave todita hasta topar mis nalgas con sus tremendas pelotas, que delicia sentir toda su enorme verga dentro de mí, lo estaba disfrutando lo máximo.

Me hizo recordar a mi abuelo, a mi tío y a mi papa, cuando durante mi niñez me disfrutaban del mismo modo y me hacían sentir una bb deseaba por todos ellos, eso era muy excitante. Esa época fue maravillosa, disfrute muchísimo de mis machos y ellos de su bb.

Lo que más me ponía caliente y me súper excitaba, era que me dijeran ~eres increíble bb, coges riquísimo, mucho mejor que tu mama. ~

La verdad eso me ponía a mil, sentirme toda una puta caliente y que mis machos me admiraran ...