Cuando mi novia se ponía cachonda - Relatos Eróticos

Cuando mi novia se ponía cachonda

... las 12 de la noche en su casa. Yo me fui con ella y me escondí en el armario empotrado en la parte de arriba para verlo todo.

Yo seguí dándole bebida para que o decayera y me ocupe de darle un buen magreo antes de que llegaran los tíos para calentarla. También le dije como tenía que vestirse, le quité las medias y le puse unos calcetincitos blancos. Le dejé la falda corta plisada y una blusita blanca. Parecía una colegiala.

A las doce llegaron ellos. Pepi los recibió en el salón. Los tíos estaban cortados, más que de costumbre con ella. Esto no lo ví porque yo estaba en el dormitorio en mi puesto de observación. Me lo contó luego ella.

Les hizo sentarse en el sofá y les sirvió unas copas. Luego ella se sentó con ellos y al hacerlo se le subió la falda dejando ver sus muslazos desnudos. Los tíos no dejaban de mirárselos y empezaron a bromear con ella.

Pepi: si, reíros, reíros, así me ponéis mas caliente. Os voy a ofrecer un espectáculo.

Se levantó y puso una luz suave y una cinta de casete, se puso a bailar en plan sensual como sólo sabe hacer cuando está cachonda y con un puntito. No se quitó la ropa, solo se magreaba a sí misma y se subía la falda enseñándole las bragas, moviendo el culo, las caderas. Hacía muecas con los labios, gemía, sacaba la lengua, etc.

A continuación se desbrocho la blusa casi entera y sin llevar sujetador dejó que le viesen sus pequeñas tetitas que tenía entonces. Por último se sacó las braguitas.

Pepi: ¿os gustan mis ...

... braguitas?

Se las lanzo a los tíos que ya estaban fuera de sí, todos empalmados. Pepi quitó la música.

Pepi: Venga, a qué esperáis? No hablabais tanto de que estaba buena cuando me veis en la calle, pues aquí me tenéis. A ver lo que sois capaces de hacerme.

Todos se lanzaron por ella, la rodearon y se pusieron a comérsela. Le levantaron la faldita metiéndole manos a sus cachas, a su voluptuoso culo. A morrearla. Le quitaron la blusa, le comieron las tetas todos a la vez.

El boticario, mas lanzado que los demás y un poco borracho se bajó y le comió el chocho.

Pepi: llevadme a mi habitación.

La cogieron en volandas y la llevaron a su caca donde yo ya pude ver todo lo que le hicieron.

Lo primero que hizo fue ponerse con las manos apoyadas sobre la cama con el culo en pompa. Los tíos le levantaron la faldita magreandole los glúteos. Empezaron a quitarse los pantalones.

Pepi: a ver, enseñadme vuestros pitos.

Eran pollas más o menos normalitas, pero cuando José maría se sacó la suya nos quedamos todos pasmados

Pepi: ¡Qué pedazo de polla!

Era impresionante, sobre todo lo ancha y tiesa que estaba. 26 cms de carne tiesa, dura, dura, llena de venas. Pepi se las mamó a los cuatro un poco.

Los hombres, ya fuera de sí la tumbaron en la cama bocarriba, le quitaron toda la ropa y ella sin soltar la estaca de José maría, la cual chupaba con deseo, se espatarró lo que posibilitó que los otros tres le metieran los dedos en el chocho y en el culo.

El boticario se ...