1. CARLOS-KARLA (EL COMIENZO-ORAL)


    Fecha: 30/03/2018, Categorías: Dominación Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... regreso de nuevo al suelo. -Jajajajajajaj- rio Daniel mientras su lacayo, el causante de tal patada, permanecía detrás mío. -Te dije que no sirves para nada perro. ¿Que no entiendes? Eres un animal pendejo. Los animales no caminan. Los animales se arrastran por el piso. Así que sígueme si no quieres que te aplique tu correctivo. - me aviso. Afortunadamente entendí. Sin mas salida que esa pude por lo menos ponerme de rodillas y empezar a seguir a Daniel mientras que Martin cuidaba paso a paso de yo obedeciera su orden y me mantuviera en mi posición de nuevo perro obediente de su amo. Me costo trabajo. Nunca en mi vida había yo tenido que avanzar en tal posición. Las palmas de las manos se me raspaban así como mis rodillas expuestas sin ninguna protección. Para colmo se me dificultaba un poco ver por la saliva que me escurría en la cara por un lado. Mal que bien lo aguante hasta que… Al terminar la cancha de básquet existía un pequeño espacio que la separaba de los pasillos de cemento. En su momento aquel espacio había tenido pasto pero en ese momento ya se encontraba descubierto. Cuando empecé a avanzar a cuatro patas en ese recorrido, empecé a sentir un verdadero calvario pues la tierra expuesta esta llena de diminutas piedritas que se me encajaban en la piel y que realmente me hacían dificultoso el desplazarme de aquella manera. Daniel reparo en la distancia en la que me había retrasado y le dijo o mejor dicho le grito a Martin: -¿Qué paso? ¿Mandas tu o manda la perra? ...
    ... ¡ATIZALE! ¡Que se apure!- al escuchar esto Martin ni tardo ni perezoso se acerco a mi por detrás y dándome nuevamente una serie de patadas en el culo empezó a gritarme a voz de cuello apresurándome sin importarle mi sufrimiento. No pude hacer más que reaccionar y obedecerle mientras veía como parte de mi camisa se arrastraba y se ensuciaba con la tierra que iba recogiendo al pasar por ese trecho. Finalmente pude salir de ahí pero el daño en mis rodillas y manos me continúo recordando mi suplicio. Pude ver como Daniel doblaba y adivine que igual que el otro día Daniel me llevaba como corderito hacia el almacén donde me había enfrentado el otro día. III Al fin llegamos al almacén. Daniel me esperaba dentro yo entre tal y como me había ordenado a cuatro patas y el a señas como tal parece que era su costumbre me conmino a acercarme. Así lo hice y quede frente a el. Daniel se me quedo viendo y señalando con su dedo hacia sus pies me dijo: -¡BESALOS! No se porque pero ya no me sorprendió. Empezaba a entender a ese enfermo mental y la sed de notoriedad que le movía. Sorprendentemente no tuve conflicto alguno y con asco más que con otra cosa le obedecí ciegamente y posando mis manos en el piso agache la cabeza y deposite un suave beso en cada uno de sus pies. Después de haberle besado sus zapatos, Daniel me volteo a ver. Martin le entrego una pequeña bandeja que resulto ser un plato conteniendo un par de tacos como los que habían comido. Esta por demás decir que las tripas me tronaron al ...
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