anima
Fecha: 25/04/2024,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: ANTONIO, Fuente: RelatosEroticos-Gratis
Fui hijo único por lo tanto super protegido por papá y mamá, no me dejaban hacer nada solo. Cuando crecí descubrí el placer de las pajas, pero siempre lo hacía con mucho cuidado que no me fueran a escuchar mis padres y cuando acababa corría al baño a limpiar todo resto de semen.
Para mis padres yo era como una especie de ángel, sin sexo, hasta grande me llevaban al colegio y me iban a buscar al colegio, me llevaban a misa los domingos...
Me hice grande y ya no sentía demasiadas ganas de tener sexo, no sabía como conseguirlo, pero constantemente andaba fantaseando con hacerlo, tenía una prima que a veces iba por la casa y me quedaba mirando sus pechos y me masturbaba mucho por la noche hasta 6 veces.
Todo cambió un día en que el entrenador de futbol se quedó un rato a conversar conmigo después de terminado el partido, en ese entonces yo jugaba por un equipo del colegio, pero el entrenador era externo, no un profesor del colegio.
Nos quedamos conversando y él me daba consejos de como jugar mejor, me decía que tenía mucho potencial, que podía llegar a ser un gran futbolista, la verdad era que yo no pensaba en el futbol como mi profesión de por vida, era más bien un pasatiempo que me divertía, pero quería ser doctor.
Estaba yo sobre una camilla en la que se daba masajes, tenía sólo puesto el pantalón corto, ya me había duchado, no había nadie más que el entrenador y yo. El dio un giro a la conversación preguntándome cosas personales, si tenía novia, o una amiga especial, ...
... yo le respondía que no, que mis padres eran muy estrictos con esas cosas, él me dijo que lo padres eran siempre así de pesados, pero que los hijos adolescentes tenían sus necesidades, yo me puse rojo. Entonces el me preguntó si me pajeaba, no supe que contestarle, él notó que estaba muy nervioso, me dijo que me calmara que estábamos solos y que toda esa conversación quedaba entre nosotros. Me calmé y le dije que si me masturbaba, él preguntó que cuántas veces más o menos y con vergüenza le dije que a veces muchas como 6 o 7 veces por día.
El puso su mano sobre mi muslo y se acercó más a mí, me dijo que era normal, que era joven, que seguramente andaba muy cargado de semen y tenía que descargarme. Me preguntó cómo lo hacía, le conté nerviosamente como me quitaba toda la ropa, y me acariciaba el cuerpo mientras me pajeaba a veces con las dos manos, porque tenía el miembro grande, le conté que me calentaba mucho y quería gemir, pero no podía porque mis padres podían oír, él acariciándome la pierna, me dijo que ahí estábamos solos que si estaba cargado podía descargarme en ese momento, lo miré confundido, él me sonrío, me dijo que no pasaba nada, que era normal que dos hombres se contaran cosas y que hicieran cosas como amigos, que él me consideraba su amigo. Las caricias en mis piernas habían surtido efecto y sentía el calorcito y el gustito de la calentura subir por mi cuerpo, él se dio cuenta, me dijo que no me preocupara y tomó mi mano y la llevó a mi entrepierna, mi pene ...