anima - Relatos Eróticos

anima

... niña que se transformó en mi novia y con la primera y única mujer que tuve relaciones sexuales. Todo sucedió durante el verano en que mis padres y yo nos fuimos de vacaciones a la playa y ella nos acompañó con su mamá unos días, de  todas formas encontramos algún momento para estar solos y entre una cosa y otra terminamos teniendo sexo en el auto de papá, traté de que me gustara, traté de concentrarme y todo, pero la verdad que no fue como la experiencia con mi entrenador. Ella estaba enamorada de mí y me buscó otras veces para tener intimidad, pero decidí terminar la relación.
Terminé el colegio y entré a la universidad, fue un mundo distinto. Una vez descubrí por casualidad que en los baños de la universidad que estaban al final del edificio tras un pequeño jardín pasaban cosas, porque en sus paredes habían escritos grafitis de carácter sexual. Un día me decidí y me quedé un rato, entré a uno de los últimos cubículos que habían y para mi sorpresa descubrí que había un agujero en la pared, podías pasar una mano sin problema. Me senté sobre la taza del inodoro a esperar, no sabía qué, pero algo me decía que tenía que pasar alguna cosa, después de un rato y casi al borde del aburrimiento, se abrió la puerta del otro cubículo y pude notar que entró alguien, no me atrevía a mirar por el agujero, pero la excitación había ganado terreno, noté que tenía el pantalón mojado, se me salía el precum y me mojaba todo. De pronto una mano ...

... apareció por el agujero, me puse nervioso pero caliente, en dos segundos me bajé el pantalón  y fui acercando mi pene a esa mano, el desconocido tomó mi pene y comenzó a pajearme y luego sentí como una boca hacia presa mi verga tragándola toda. El desconocido me sacó hasta la última gota de leche y luego se marchó, yo me quedé ahí porque nunca estaba contento con descargarme sólo una vez. Al rato entró otro tipo, nuevamente comenzó a mamarme, pero con la diferencia que en determinado momento se puso de pie y salió de su baño, golpeó suavemente mi puerta, le abrí y entró, era un tipo mayor, no era feo, yo quería correrme de nuevo así que no me di tiempo para fijarme bien como era. Se puso de rodillas y siguió mamando, luego se puso de píe  y me dio las nalgas, que rico, que delicia como hacía mío a ese hombre, gemía sin parar, la puerta había quedado abierta así que nos dimos cuenta que había otro hombre cuando ya había entrado al cubículo con la verga afuera y babeando. Nos acariciamos, nos besamos, en mi calentura no me importó nada y dejé que el tipo recién llegado se arrodillara y me comiera el culo, lo sentí tan rico que se me abrió solito y luego metió un dedo y otro hasta sentir que me estaba cogiendo rico, fue mi primera cogida, me corrí en el culo del primer tipo que se arregló las ropas y salió, pero me quedé empalado al otro tipo que había llegado después, me volví a poner erecto y dejé que me culeara a su regalado gusto.