anima - Relatos Eróticos

anima

... baja era el entrenador que estaba en la puerta de su habitación, me preguntó si me pasaba algo, si me podía ayudar, le dije con voz seca que iba al baño, él estaba al igual que yo en calzoncillos, él me llamó diciendo que su habitación tenía baño privado si quería podía usarlo, intenté resistir, pero no pude y entré con él a su habitación, apenas cerró la puerta tras nosotros sentí sus manos sobre mi cuerpo, mi excitación aumentó visiblemente, lo dejé acariciarme, era la primera vez que alguien me acariciaba, lo dejé tomar mi miembro entre sus manos y pajearlo suavemente, intentó besarme, pero lo esquivé una vez, lo intentó de nuevo y no me resistí era mi primera vez en todo, sentí su lengua, su boca el dulce sabor de su saliva. Mi cuerpo estaba entregado, él se arrodilló y se engulló mi pene, desapareció por completo en su boca, luego lo sacó y dirigió su boca a mi huevos, los metió todos entre sus labios, gemí de placer, me sentí liberado de la presión de mis padres. 
Me tomó por la cintura y sin dejar de besarnos nos tiramos a la cama, me acariciaba por completo que rico se sentía, que gusto, sentía que me iba a correr, pero quería disfrutar más. Él se sentó sobre mí, lo miré sin entender, pero fui comprendiendo a medida que tomó mi pene y comenzó a pasarlo por la raja de su culo, sentí la suavidad de su agujero que se abría y cerraba, se llevó los dedos a su boca los ensalivó bien y luego los metió en su culo, luego tomó mi pene que babeaba líquido preseminal y fue ...

... metiéndolo suavemente en su hoyo. Sentí que rozaba el cielo cuando mi verga se hundió por completo en su culo y el entrenador comenzó con movimientos ondulantes tragando mi verga y luego dejando que saliera casi toda y nuevamente la engullía por ese agujero con vida propia que aprisionaba mi verga. No pude durar mucho, fue demasiado y con desesperación hundí todo mi palo en sus entrañas y me corrí de forma abundante, no dejaba de correrme, lo llené una y otra vez. Él se corrió también, luego entre besos se bajó de mí y pude ver como caía un poco de semen de su culo abierto, me sentí caliente de nuevo, se me paró la verga otra vez, él de inmediato se puso de rodillas y la metió en su boca hasta correrme, noté que él esta erecto sin correrse por segunda vez, así que tomé su verga  y lo pajeé hasta que se corrió en mi mano.
Después del partido volvimos a nuestra ciudad y al ir a los entrenamientos una semana después, con la calentura por lo alto, porque quería coger con el entrenador, me encontré con la mala noticia que se había ido a otra ciudad, la empresa para la que trabajaba decidió enviarlo a otra ciudad porque ahí se habían quedado sin entrenador para el equipo juvenil. Nos habían enviado a otro entrenador, pero apenas lo vi supe que no sería de mi agrado. Ese día dije en casa que no volvería a jugar futbol, porque quería terminar el último año de clases de buena forma. Mis padres lo aceptaron, no de muy buena forma, pero lo aceptaron.
Hacia el fin de ese año conocí  una ...