1. Deseo anónimo: segunda parte


    Fecha: 31/03/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... largo y pasional beso. Tus piernas abrieron las mías y se colocaron entre ellas, pude notar tu erección creciendo sobre mi vientre. Gemí en un suspiro. Tus manos bajaban de mi cuello, recorriendo mis curvas por cada costado hasta llegar al final de mi camiseta, y, subían despacio recorriendo mi cintura, entreteniéndose en mi ombligo jugando a dibujar círculos alrededor de él y subiendo haciendo una leve presión hasta que llegaste a la costura de mi sujetador. Tu boca se separó de la mía permitiéndome volver a coger aire y bajaste a mi cuello, me mordías suavemente mientras tus manos jugaban a seguir la forma del aro del sujetador. Una de mis manos se enganchó a tu pelo y tiró de ti para que te separaras de mi cuello. Te obligué a mirarme fijamente mientras mi otra mano bajó hasta tu entrepierna. Se había despertado totalmente. La acaricié suavemente, la recorrí sobre la basta tela del vaquero y jugué a desesperarte, igual que hacías tú conmigo. Sentí como una de tus manos bajaba de mis pechos, haciendo suaves caricias sobre mi ombligo y mi vientre, recorriendo mi cintura bajo la tela de la camiseta, para después bajar por mis caderas recorriéndolas sobre la falda hasta llegar al final de ella. Para después subir arrastrando la falda hacía arriba dejándola a la altura de mi cintura. Mientras tu otra mano ya había apartado el sujetador y jugaba con mis endurecidos pezones, jugabas a acariciarlos suavemente con tu pulgar, a apresarlos entre dos dedos y apretarlos suavemente, ...
    ... haciéndome jadear, gemir y gritar de placer. En ese preciso instante tu boca volvió a atacar mi cuello, lo besabas, lo lamias, lo mordías. Mi cabeza cayó sobre tu hombro. En ese preciso momento, mi mano desabrochó tu vaquero y lo estiró hacía abajo llevándose también el bóxer, liberando tu paquete de la prisión de la que gritaba por escapar. La atrapé con mis manos fuertemente, tanto que te sobresalté y me respondiste con un fuerte mordisco sobre mi cuello. La mano que había subido mi falda, nuevamente bajaba recorriendo mis caderas, ahora ya, sin tela que se interpusiera entre tus yemas de los dedos y mi piel. Bajaste y subiste varias veces, hasta que llegaste a la costura superior de mi culot y tiraste de él hacía abajo, bajándolo hasta la mitad de mis muslos. Recorriste la distancia que había hasta mi rajita presionando mi piel. Te sorprendiste al notar que la humedad ya había llegado un poco más debajo de mis inglés. Lo sé pues me volviste a morder fuertemente. Recorrías mis labios inferiores y superiores detenidamente, daba la impresión que querías memorizarlos. Pasabas tus dedos por mi clítoris pero sin detenerte en él y volvías a bajar por mis labios. Me estabas desesperando. - Por lo que más quieras, fóllame ya! – te supliqué entre suspiros. - Así que quieres que te folle, eh zorrita??. Pues tendrás que esperar – y colocaste tus dedos sobre mi botoncito del placer – mi turno, mis normas. Me besaste como si la vida se te fuera en ello y tus dedos comenzaron a moverse ...
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