Mi primo Enrique (parte II)
Fecha: 31/03/2018,
Categorías:
Gays
Autor: aidan, Fuente: CuentoRelatos
Los padres de Enrique, mis tíos, me encargaron que le comprara unos vaqueros nuevos. O sea que el sábado salimos de compras. Un amigo mío, Bruno, tiene -bueno, su familia- una tienda de ropa bastante importante, y justamente él se encarga de los sábados. Bruno es un chaval majo, de mi edad. Nos hemos liado algunas veces y nos lo pasamos bien. Sé que le gustan los chicos jovencitos, y por eso pensé en presentarle a Enrique. Además, creo que a Enrique le conviene conocer gente. En todos los sentidos. Fuimos muy temprano a la tienda y estaba casi desierta. Bruno se aburría. Le presenté a Enrique y éste enseguida se fue a curiosear la sección de pantalones. Aproveché para toquetearme con Bruno detrás del mostrador y noté cómo se empalmaba. La polla de Bruno es bastante larga, morena como él, y muy sabrosa. Lo sé bien: la he tenido varias veces en la boca y alguna en el culo. Le comenté: - ¿Qué te parece? - ¿Tu primo? Está buenísimo, joder. Me la pone dura. Le palpé el paquete. - Ya lo noto. - ¿Te lo has follado? Afirmé con la cabeza. - Qué suerte, tío. Debe ser la hostia. - ¿Quieres tirártelo? - ¿De veras? Pero tú... - Sí, no me importa, al contrario. Quiero ver cómo te lo follas. - ¿Aquí mismo? - Claro, en uno de los probadores. Enrique se acercó llevando un par de pantalones. Nos dijo: - ¿Puedo probarme éstos? Los tres entramos en un probador. Dentro había una percha y un gran espejo. Bruno cerró el pestillo. Sin sospechar nada, Enrique se quitó los pantalones que llevaba y se ...
... quedó en slip. Entonces le hablé en voz baja: - Estate quieto, Enrique, y haz lo que te diga. Bruno quiere encularte, y yo le doy permiso. Tú ya sabes que tienes que obedecerme. Con la voz entrecortada Enrique respondió: - Sí, Miguel, como tú quieras. Estaba erguido de frente al espejo. - Quítate la camiseta Así lo hizo. Le bajé bruscamente el slip. Su verga adolescente salió, medio erguida. Me dirigí a Bruno. - Fíjate qué culo. Bruno lo magreó, mientras se desabrochaba los pantalones. - Enséñaselo bien. Inclínate. Enrique abrió las piernas. Mientras yo le separaba las nalgas, Bruno se agachó y acercó su cara. Aspiró profundamente y luego le pasó la lengua. Enrique se estremeció y suspiró. Era nuevo para él; yo nunca le había comido el culo. Bruno se quitó sus pantalones. Seguía con camisa y corbata y su polla, durísima, empezaba a gotear. Yo también estaba empalmado y me la saqué. Bruno acercó el capullo al ano de Enrique y lo presionó. Como lo había mojado con su saliva -y, por otra parte, yo se lo había dilatado los últimos días- le costó poco introducírsela. Lo hizo lentamente, saboreándolo, mientras comentaba: - ¡Qué culo, chaval! ¡Qué gusto me das! ¿La notas? Claro que Enrique la notaba. Ya la tenía toda dentro. Como es bastante larga, la sentía más profundamente que la mía. Ambos jadeaban de placer. Enrique empezó a meneársela, pero se lo prohibí. Yo iba masturbándome mientras me daba la lengua con Bruno. Pronto noté que Bruno se tensaba y que al cabo de unos instantes ...