1. Mi primo Enrique (parte II)


    Fecha: 31/03/2018, Categorías: Gays Autor: aidan, Fuente: CuentoRelatos

    ... vertía toda su leche en el culo del muchacho. La sacó, todavía goteando semen. Enrique tenía los ojos cerrados. Me agaché para mirar su ano, dilatado al máximo, por el que se escurría un hilillo de esperma. Bruno se dirigió a mí: - Es tu turno. No lo tenía pensado, pero no pude resistirme. Estaba súper caliente y metí mi verga de un solo golpe en el ano adolescente bien abierto y lubricado. Enrique se estremeció de gusto. Al cabo de un par de minutos, el culo del chaval volvió a quedar inundado de semen. En el probador, sin ventilación, el calor era intenso y el cuerpo desnudo de Enrique, inmóvil y nuevamente incorporado, brillaba de sudor. No queríamos que se quedara sin soltar su esperma. O sea que Bruno y yo lo agarramos, cada uno por un lado. Con nuestra mano libre empezamos a masturbarlo, mientras los tres nos contemplábamos en el espejo. Enrique se abandonaba al placer. Mientras yo le meneaba la polla, Bruno le mordisqueaba los pezones. Su cuerpo adolescente estaba tenso, a punto de explotar. Le susurré: - Mírate en el espejo. Y le introduje tres dedos en el culo, de golpe. Enrique soltó un grito que Bruno ahogó con su boca y se corrió violentamente, salpicando el espejo con varios chorros de leche ardiente. Volvimos a vestirnos y salimos del probador, acalorados y sofocados. Menos mal que no había nadie por la tienda. Bruno le regaló los pantalones a Enrique y le hizo prometer que volveríamos otro día. Una vez en la calle, nos sentamos a tomar un helado. Le pregunté a ...
    ... mi primo: - ¿Qué tal? - Uf, Miguel, ha sido demasiado... - ¿No te sabe mal que haya dejado a Bruno que te follara? - No, qué va, me lo he pasado superbién, y podemos repetir cuando quieras Enrique me miró con una sonrisa pícara, mientras lamía su helado de fresa. Era un chico complaciente, de verdad. Nos lo íbamos a pasar muy bien. Me dio una idea: - ¿Qué tal el helado? - ¡Superguay! - ¿Te apetecería lamer algo parecido pero menos frío? No me comprendió al principio. Me palpé el paquete discretamente, de forma que lo viera. Enrique se echó a reír. - ¡Qué cosas piensas! Pues... claro, en cuanto lleguemos a casa. Por el camino fui insinuándole las ganas que tenía de ponerlo a chupar mi verga. Él se iba excitando y yo me ponía súper caliente. Notaba cómo me goteaba la polla y que mi paquete empezaba a abultar. En el ascensor apreté a Enrique contra la pared y le introduje la lengua en la boca. Tenía mi polla dura y le presionaba con ella. Nada más entrar me quedé en pelotas rápidamente, y dejé toda mi ropa por el suelo. Estaba atardeciendo y una luz dorada entraba por la terraza. Desnudé a Enrique con frenesí y lo tumbé en el sofá. Mi verga, súper empinada, se acercó a su boca. - Chupa el helado de fresa, putito. No se hizo de rogar. Empecé a follarle la boca con energía mientras él se masturbaba. Lo hacía muy bien, de veras. Estaba a punto de correrme otra vez. - Ahora te voy a llenar la boca de leche. Sigue y no pares. Así lo hice. Unos segundos después todos mis músculos se ...
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