1. Doctor, no me encuentro bien


    Fecha: 03/04/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... gruesa y sonrosaba que salivaba por el agujerito que se estremecía cada vez que se la sacudía, quería tocarla pero no sabía si debía o no. Cerré los ojos al sentir los dientes del doctor bordeando mi clítoris, mordisqueaba y lamía, mordisqueaba y lamía y yo ya no sabía qué hacer, sentí el cuerpo viniéndoseme abajo, me quedé como helada en una convulsión de placer que me recorrió todo el cuerpo, me temblaba toda y sentía como mi doctorcito seguía apretando con su lengua sin dejar de mover sus dedos entre los labios de mi rajita que se abría y se cerraba soltando escupitajos de moco caliente, él lo lamía y lo volvía a llevar a mi bultito del gusto que estaba muy duro y casi me dolía cuando me acariciaba su cabecita dilatada. Intenté incorporarme para entender que me ocurría pero me temblaba y casi no tenía fuerzas, el escalofrío fue recorriéndome desde la planta de los pies hasta hacerme contraer con las rodillas arqueadas. Él seguía masturbándose, lo miré pero el placer casi me nublaba la vista y me derrumbé hacia atrás en uno de los pellizcos de sus dientes y sin dejar de sentirme derramándome por el chuminito dejé que aquella medicina me dejara sin respiración. No dejó de tocarme pero se levantó y con un suave movimiento me ayudó a deslizarme hacia abajo quedándome tumbada con las nalgas al borde de la camilla y las piernas descolgadas, se colocó entre ellas y empezó a frotarme su dura polla a lo largo de mi coñito aún boqueante de placer, apretó el masaje y moviéndose cada ...
    ... vez más rápido noté cómo su respiración se volvía muy agitada, empezó a gemir y se me apretaba tanto que su cuca dura casi me raspaba y me hacía daño, estaba sudando y me miraba raro, hacía ahjjj, ahjjj y gemía como un perro grande que me estaba asustando pero no me atreví a decir nada. Gimió un poco más alto y dejó de frotarme el chocho, se agarró la polla cada vez más tensa y me tomó las manos, me hizo rodearle el rabo y apretándomelas fuertes me las movío muy rápido a lo largo de aquel gran trozo de carne caliente, se agitaba entre mis dedos cuando el me las meneaba hacia abajo y notaba que cuando su piel llegaba atrás él temblaba y gemía. Me agitó rápido y noté que por dentro de aquel inmenso falo se movía algo, lo noté cuando llevó mis manitas hasta atrás y seguí notándolo cuando me las subió, lo noté cuando su punta sonrosada se hinchó más y de pronto, sin esperarlo lo noté saliendo, me llegó a la cara y seguí notándolo sin poder parar sus manos en la pelada. Gemía de una forma que me dio miedo intentar parar así que dejé que fuera él que dejara de moverme las manos por aquella cuca inmensa que no dejaba de escupirme. Después eran sólo gotitas pero él seguía moviéndome las manos sobre su picha pero ahora me las llevaba hasta glande y allí me las cerraba para que le apretara. Después de un rato en ese masaje se retiró, se recogió con una mano todo el paquete aún un poco duro y se lo metió en los calzoncillos, se los subió bien y después se abrocho el pantalón. Se colocó ...