1. La mujer del disidente (03). Las pertenencias íntimas


    Fecha: 11/04/2018, Categorías: Fetichismo Dominación Autor: Senatore33, Fuente: CuentoRelatos

    ... tuvo que agacharse a recogerlo-. Vamos, límpiate, cochina -le instó el teniente-. Amalia se sentía húmeda por los restos de orina y el tener que limpiarse delante de estos hombres le hacía sentir aún más humillada. Sacó un pañuelo del paquete y se limpió el muslo. -El coño también -le ordenó el teniente-. Amalia sacó otro pañuelo y metió una mano debajo de su vestido con la que se separó la braga hacia un lado. Con la otra maño pasó el pañuelo por su vagina desde atrás hacia delante, dos veces, y se volvió a colocar las bragas. El hacerlo bajo el vestido había impedido a los hombres ver todo lo que hubieran querido, pero aun así, para Amalia era evidente la erección que la situación había provocado en los dos hombres que tenía a su lado. A los dos hombres que tenía enfrente no les veía de cintura para abajo, pues les tapaba el mostrador, pero ella suponía que también estarían empalmados. El teniente siguió con la maleta. Aún quedaban los dos compartimentos exteriores. Mientras tanto, Amalia tenía un pañuelo húmedo en cada mano, y no sabía qué hacer con ellos. Al abrir el compartimento superior, el teniente sacó un juego de llaves. Preguntó si correspondían a su vivienda, y tras el gesto afirmativo de Amalia, el 'Bigotes' se guardó las llaves en su bolsillo. Lo siguiente que sacó fue un monedero, en el que Amanda llevaba algo de dinero. Cogió los billetes y dijo que eran para él, tras lo que se los metió en el bolsillo trasero de su pantalón. Las monedas las agarró y las metió ...
    ... en un frasco de cristal que había en un estante tras el mostrador. En el frasco se podía leer la palabra 'propinas'. Lo siguiente que sacó fue un reloj de muñeca, de una importante firma extranjera. -¿De quién es este reloj? -preguntó-. -Mío, señor -respondió ella-. -Esa no es la respuesta a mi pregunta -le dijo el oficial-. Amalia no entendía por qué le había protestado el teniente, y tardó un instante en darse cuenta, pero como era inteligente al final cayó. -Era mío, señor, ahora no sé de quién es -dijo ella-. -¿Cuánto te costó? -le preguntó-. -No lo sé -dijo ella-. Me lo regaló mi marido en nuestro primer aniversario. El teniente sabía que era un reloj bastante caro, habría costado algo más de 1.000€, y aunque en un primer momento pensó en quedárselo, decidió hacer algo que probablemente la incomodaría aún más, dado su valor sentimental. -Es un reloj extranjero, fabricado en una nación que no es considerada aliada nuestra -afirmó-. Entonces abrió un cajón y sacó una tabla gruesa de madera de las que se utilizan para cortar embutido. Colocó el reloj abierto sobre la tabla, con la esfera hacia arriba, y también sacó un martillo de debajo del mostrador. A continuación alzó y matillo y lo dejó caer con fuerza contra la esfera del reloj. El golpe seco hizo estremecer a Amalia y el cristal del reloj saltó en trozos y se desperdigó por el suelo. El teniente repitió la operación con cuatro fuertes golpes más contra el reloj, reduciéndolo a trozos inservibles. Tras ello acercó la ...
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