El conejito tierno de mamá - Relatos Eróticos

El conejito tierno de mamá

... tuyo? —susurró cuando sus labios se separaron.

Mientras Denilson comía, le daba a su madre bocados de panqueques con mucho cariño, asegurándose de que estuvieran cubiertos de jarabe de arce y de que el exceso de líquido se escurriera hacia el valle de sus pechos. 
Lucia se sentía mareada de anticipación. Tenía una idea bastante clara de lo que su bebé planeaba hacer.

"No pensé que fuera posible hacer que tus tetas fueran más dulces, mamá. Supongo que estaba equivocado".

Lucia se rió mientras su bebé bajaba la boca hasta el suntuoso valle de sus tetas y comenzaba a intentar lamer valientemente cada centímetro de su deliciosa carne. La tentaba, mordisqueando sus suaves pechos y mordiendo suavemente sus pezones. 
Lucia se encontró cada vez más mojada. En poco tiempo, él estaba profundamente dentro de su coño, apretando y chupando sus tetas, haciéndola llorar de éxtasis con cada embestida.
 Cuando Lucia sintió que su coño se apretaba a su alrededor, Denilson gimió por su propia liberación, expresando su amor y compromiso con su madre. 
Lucia le mordió el hombro, mientras su propio orgasmo sacudía su pobre cuerpecito.

Mientras madre e hijo se recuperaban de la euforia, ella gimió contenta mientras su coño seguía extrayendo los últimos restos del preciado semen de su bebé de su polla.
 Denilson se dejó caer de espaldas a su lado y luego, fácilmente, tiró de su madre para colocarla encima de él, en un cálido y amoroso abrazo. 
Lucia acarició su pecho, apoyando ...

... la cabeza sobre él, escuchando los latidos de su corazón.

Después de varios minutos de dichoso silencio, se levantó, colocó las manos sobre el pecho de su hijo y le lanzó una mirada extremadamente traviesa.

"Oh, Bebé, lo intentaste lo mejor que pudiste, pero mami sigue toda pegajosa y sudorosa. Espero que estés pensando en acompañarme a la ducha y limpiarme..."

El pene de Denilson se contrajo mientras veía a su madre saltar de la cama y dirigirse hacia la ducha, su firme trasero temblando sugestivamente con cada paso.

La vida era buena.


Otro viernes en la casa de los Menéndez. Como todos los días durante los últimos meses, Lucia había despertado a su conejito de peluche con una mamada increíblemente caliente y amorosa, tragándose con entusiasmo su espeso esperma cuando había eyaculado. 
Ansioso por devolverle el favor, Denilson había tomado a su madre lenta y suavemente por detrás, haciéndola morder y gemir en la almohada, y haciéndola correrse varias veces, antes de disparar su segunda carga de la mañana profundamente en su ansioso coño. 
Cuando Lucia sintió que su esperma cubría su útero, gritó el nombre de su bebé en éxtasis, delirantemente feliz.

Denilson tenía una clase temprano y luego trabajo, así que después de desayunar y de un rápido beso de despedida, se fue en su auto.
 Lucia tuvo el lujo de ir a trabajar tarde esa mañana. Había estado pensando distraídamente si debería tomar una segunda taza de café, cuando de repente sintió náuseas. Se ...