El conejito tierno de mamá - Relatos Eróticos

El conejito tierno de mamá

... quise que esto pasara, lo juro."

"¿Podrías decirme qué es, por favor?"

Lucia contuvo un sollozo. "Yo... estoy embarazada. No llevaba ningún tipo de protección. Estoy embarazada de tu hijo. Fui tan estúpida. Otra vez. Y ahora... y ahora, me vas a dejar como lo hizo tu padre". Empezó a llorar de nuevo.

Denilson exhaló. Sintió que la tensión se disipaba de su cuerpo. Sintió ganas de reír.
 Su madre era una cosita tan dulce. Siempre se preocupaba. Le acarició el pelo con suavidad y cariño. Luego empezó a hablar.

"Sabes, mamá, durante los últimos meses he ayudado a solucionar varios problemas de seguridad en el trabajo. No quiero presumir, pero mi trabajo ha sido muy valorado. El mes pasado, mi jefe incluso me llamó el miembro más valioso del equipo".

Lucia sorbió por la nariz y lo miró. Todo esto era muy lindo, pero... ¿por qué demonios su bebé estaba hablando de trabajo ahora?

"Por eso, hace unas semanas, dada mi trayectoria, le pregunté a mi jefe si podía recibir un anticipo de mi salario. Estaba más que feliz de dármelo. Pasé la mayor parte de mis pausas para el almuerzo en varias tiendas de la ciudad". Denilson metió la mano en su bolsillo. "La semana pasada, encontré esto".

Lucia se quedó sin aliento.
 Denilson sostenía un hermoso anillo de diamantes. El diamante rosa estaba engastado con pequeños rubíes. Ella lo miró, sus suaves ojos castaños abiertos como platos. Una pequeña parte de su cerebro recordó a su hijo diciéndole: "El rosa es ...

... definitivamente tu color".

"Lo siento. He estado cargando esto toda la semana como un tonto.
 Seguí esperando un buen momento. Fue una estupidez de mi parte no preguntarte en el momento en que lo compré. 
Nunca te he ocultado nada antes y te prometo que nunca lo haré en el futuro. Normalmente, no te habría preguntado cuando estabas vestida con tu pijama y gritando. En mi defensa, estaba planeando una noche romántica durante el fin de semana, donde te habría hecho la pregunta".

"Te amo con todo mi corazón, mamá. Siempre te he amado y siempre te amaré. Desde el día en que nací. Tú lo sabes y te prometo que nada, nada , cambiará eso jamás. Nadie te amará más que yo. Nadie te hará más feliz que yo".

"Sé que no podemos mostrar nuestro amor ni nuestra relación al mundo, no lo entenderían. No me importan. No importa lo que piense la sociedad, no deberían impedirnos vivir como marido y mujer en nuestro hogar. Si vamos a tener un bebé y formar una familia, quiero hacerlo bien".

Se arrodilló en la cama, con la voz entrecortada por la emoción. No exactamente sobre una rodilla, pero casi.

"Mamá, ¿me harías el honor de convertirte en mi esposa?"

Ella asintió, todavía estupefacta por lo que acababa de suceder. Temblando, le tendió su delicada manita. Le temblaba el labio.

Denilson le puso el anillo en el dedo, la miró a los ojos y sonrió.

"Te amo, Lucia"

—Oh, mi hermoso bebé —rompió a llorar otra vez, lágrimas de felicidad, mientras lo apretaba fuerte y lo besaba por toda la ...