El conejito tierno de mamá - Relatos Eróticos

El conejito tierno de mamá

... mirada mientras caminaba un paso detrás de ella, empujando el carrito de la compra. Se veía deliciosa. Y, demonios, estaba seguro de que para el público en general, parecían una pareja. Maldita sea, si tan solo pudiera encontrar el coraje para decirle lo hermosa que pensaba que era....

La suave voz de su madre lo sacó de sus pensamientos.

-Lo siento mamá, ¿dijiste algo?

Lucia sonrió dulcemente. Sabía que él la había estado mirando, como solía hacer. 
Le encantaba la mirada apreciativa, adoradora y amorosa en sus ojos cada vez que lo sorprendía haciendo eso.

"Dije que tenemos todo lo que necesitamos, cariño. Volvamos al auto y carguemos todo esto".

"Claro, mamá."

—Ah, hay una cosa más. Necesito tu ayuda con algo.

"Dimelo."


Lucia se sonrojó. Aunque compartía cada detalle con su bebé, se sentía un poco avergonzada y sus palabras salieron a toda prisa. "Bueno, ya sabes que el verano está a la vuelta de la esquina. Esperaba pasar un rato en la piscina, pero ¿recuerdas mi bikini? ¿Ese bikini viejo que solía usar? Lo puse en la lavadora ayer y no sobrevivió. Así que estaba pensando en comprarme uno nuevo. ¿Crees que puedes venir conmigo y ayudarme a elegir uno?"

Denilson tragó saliva. 
Conocía el bikini antiguo del que estaba hablando. 
Era algo que usaría una abuela. 
Sin embargo, su madre era tan curvilínea y sexy que se veía increíblemente sexy incluso con ese viejo trapo.
 ¿Ayudar a su tetona madre a elegir un bikini? Había estado más que ...

... feliz de acompañar a su madre al supermercado, pero ahora este día estaba resultando incluso mejor de lo que jamás había esperado.

Él asintió con entusiasmo mientras recuperaba la voz. "Claro, mamá, carguemos estas compras en el auto y luego vayamos a las tiendas. Y, oh, no te preocupes; me aseguraré de levantarme temprano mañana y limpiar la piscina para que puedas comenzar a usarla".

Lucia sonrió radiante. Le dio a su hijo un rápido pero cariñoso abrazo y también le dio un beso en la mejilla. "Gracias, conejito tierno, no podría pedir un hombre mejor".

Una vez que terminaron de cargar el auto (Lucia no había dejado de notar la facilidad con la que su bebé levantaba las pesadas bolsas que a ella le habría costado levantar), madre e hijo se dirigieron al otro lado del centro comercial, donde se encontraban las tiendas de ropa.
 Ella lo cogía de la mano, un gesto que le recordaba a cuando era un chiquillo y a ella le daba miedo que se perdiera en el centro comercial.
 Por supuesto, ahora que ya había crecido, ya no tenía que preocuparse por eso, pero aún disfrutaba de cogerlo de la mano. 
A Denilson no le molestaba en lo más mínimo.


Lucia y Denilson se detuvieron en una tienda de ropa de mujer. Al inspeccionar el escaparate, Lucia apretó la mano de su hijo y lo llevó al interior de la tienda. Desde fuera no le había parecido nada impresionante, pero una vez que Denilson entró, se dio cuenta de que, en realidad, era bastante elegante y de buen gusto.


Denilson ...