Mi venganza (3)
Fecha: 20/04/2018,
Categorías:
Hetero
Grandes Series,
Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos
... ponía unos pantalones y Habiba se dirigía a lavarse al baño. Siempre recomiendan observar por la mirilla de la puerta por si acaso, sobre todo si es en un horario no habitual para visitas, pero no tuve en cuenta la recomendación y abrí sin más. Allí estaba ella, más delgada y desmejorada. Me quedé paralizado durante un instante, pero me recuperé de inmediato cuando el dios de la ira derramó sobre mí todos sus dones. -Hola (voy a decir que me llamo… Juan), ¿qué tal estas? La primera idea que asaltó mi mente fue partirle la cara a puñetazos y luego estrangularla, de hecho, empecé a levantar mis puños cerrados. Afortunadamente, un poco de cordura que todavía me quedaba por algún rincón me dijo que no debía hacerlo. Si habéis leído los relatos anteriores, comprenderéis que odie a mi ex hasta límites increíbles. Creo que es lo lógico después de estar años engañándome, y sobre todo, lo que más me dolió fue las veces que me dijo que se encontraba excitada, que me deseaba y me estaba esperando, cuando la realidad era que su humedad era consecuencia de la reciente corrida de su amante que todavía se encontraba en casa y que me entretenía para que pudiese salir sin ser visto. Para mí, el sexo entre dos personas que se aman es el momento más sublime en un matrimonio o pareja. Son dos personas que se unen dando al otro lo mejor de si mismos para que disfrute y comparten lo más íntimo que tienen. Ella se mofó de mis ideas al utilizarlas para presionar más en la herida del engaño. -¿Qué ...
... haces aquí, maldita puta? Lárgate a follar con tu Jorge y no me molestes, si no quieres salir volando por la ventana. -Lo siento, Juan, pero necesito hablar contigo y tu ayuda. Esto último lo oí mientras me echaba hacia atrás y cerraba de un portazo. -Por favor, Juan, necesito que me escuches. –Se escuchaba a través de la puerta. Yo me dirigía hacia el interior, sin dirigirme a un lugar en concreto. Terminé en el dormitorio, donde Habiba estaba terminando de ponerse la falda y blusa que utilizaba cuando teníamos visitas. -Juan, escúchame, por favor.-Se oía la voz llorosa. -Amo, porqué no la escuchas. Tiene problemas. Quizá eso te beneficie y puedas sacar algún provecho. Si eso solamente sirve para incrementar tu ira, siempre puedes calmarla conmigo. Oír eso ya me la empezó a poner morcillona. Ella conocía toda mi vida anterior y mi odio hacia mi ex, pero pensar en otra noche como la anterior, me estaba excitando. -No sé si podré escucharla sin saltarle al cuello y estrangularla. -No te preocupes, yo estaré a tu lado para calmarte. Me llevó hasta mi sofá favorito en el salón y me hizo sentarme mientas pasaba la mano por el pantalón, palpando mi incipiente erección y me decía. -Espera aquí, amo, yo te la traeré. Y se dirigió a la puerta, tras la que no había dejado de oírse la cantinela de lamentos: “Por favor, Juan…” La hizo pasar al salón y la dejó de pie delante de mí. Nadie dijo nada. Habiba salió, dejándonos solos. Carla miró alrededor, y vi que dudaba entre sentarse o ...