1. Pensando en vos...


    Fecha: 22/04/2018, Categorías: Gays Autor: ViejitoMalo, Fuente: SexoSinTabues

    ... estás. Y lo tranquilo. Me gusta que sepas y sientas que no te voy a hacer daño. Mis manos bajan otra vez por tu cuerpo y pasan de largo por el costado de tu cadera, mientras ésta, en un ligero movimiento quizá inconsciente, se eleva con suavidad... ¡Ansioso! Masajeo tus pies y tus tobillos... Quizá no me mueva el amor, pero tampoco te considero "mi presa". Sos el hombre que ha deseado estar allí, conmigo, y al que estoy "agasajando"... Tomándote, aunque todavía sea con mis manos, a las que hago ascender por tus piernas, que acaricio, aunque prefiero la cara interna de ellas para que mi caricia se haga más profunda, hasta que llego a donde quería llegar. Me paro frente a tu cadera, respiro pausadamente, tomo con mi mano derecha tus testículos, dejando libre mi dedo anular para que, llevado hacia abajo, roce tu perineo... Hago un poco de presión, no mucha, para sentir en mi mano tus huevos. Me gusta dar unos pasos por el límite entre el placer y el dolor. Sabés que me gusta que vos también lo hagas conmigo; será por eso que no me terminan de convencer los roles de “amo” y “sumiso”, ya que me gusta estar alternativamente en el papel de uno u otro… Mi mano izquierda ha asido tu pija, realizando con ella un suave movimiento, primero hacia arriba, luego hacia abajo, hasta dejar tu glande al descubierto, húmedo desde hace rato. Repito esos movimientos, mientras al mismo tiempo mi otra mano te aprieta y mi dedo recorre tu piel, allí, tan cerca de tu ano... Es la ventaja de tener ...
    ... dedos largos y finos. Tu cuerpo se mueve solo. Tus gemidos arrecian. Tu pija se ve tan linda, que no puedo evitar bajar mi cabeza para llevármela a la boca. Mi lengua acaricia tu glande, llenándolo de saliva que empieza a caer por tu verga hacia tus huevos… Tu cuerpo, querido mío, es el arco de un violín, y en él estoy empezando a tocar nuestra sinfonía. No hace falta ni música estridente, ni luces ultravioleta. La mejor melodía está sonando: tus suspiros, tus gemidos, mi respiración ahora agitada, el chasquido de mi lengua recorriendo tu pija que agradecida y mimosa se yergue más. Pero no quiero que acabes, no tan pronto, no ahora. En cambio, levanto mi cabeza y aflojo mis manos para alzarme hasta tu cabeza y desplazándola hacia el borde de la camilla, apoyo mi mano izquierda en tu mejilla y con la derecha aproximo mi pija hasta apoyar el glande en tus labios, y deslizarla por ellos. Tu boca se abre y me engulle, y por la posición de tu cara se te nota mi pija adentro de ella cuando se hincha y deshincha tu cachete izquierdo… ¡Qué bien que me la chupás, desgraciado! Mi mano derecha se va entonces hacia tu nuca, tomándote la cabeza por detrás y forzándote a que te metas mi verga más profundamente en tu boca, hasta empezar a ahogarte y toser… ¡Me vuelve loco hacerte esto! Pero también yo me veo obligado a detenerme, y sacártela, mientras parecieras querer resistirte al “robo”. Hoy no es tu boca la que quiero repleta de mi semen. -Date vuelta. Tus ojos, que siguen cerrados, parecen ...