Anahí R.E.
Fecha: 22/04/2018,
Categorías:
Jóvenes
Autor: joshsanz, Fuente: RelatosEróticos
... manera de disculparme con ella. La niña, aceptó, lo cual me sorprendió, pues éramos desconocidos. Intenté asegurarme de que no habría ningún problema y pregunté si sus familiares estarían de acuerdo; ella me respondió que tenía el permiso de su madre de explorar el lugar, a demás de que tenía mucha hambre. Al final no vi problema alguno y nos pusimos en marcha. Charlamos un poco en el trayecto; me dio su opinión sobre el edificio y algunas cosas así y al llegar al lugar, continuamos haciéndolo. Me contó muchas cosas, como que su nombre era Anahí; un nombre bello que le queda perfecto. Tenía en ese entonces casi doce años de edad. Se había mudado junto con su madre, la cual enviudó hacía ya casi un año. Me sentí un poco mal al haber llegado a ese tema y me disculpé. Ella, animosa y sonriente respondió: --No te preocupes, mamá ha hablado de la muerte conmigo y sé que es algo natural— De cualquier manera, comenzamos a hablar de cosas más amenas, reímos mucho y tras haber ingerido un par de helados de varios sabores y algunos trozos de carne con ensalada, regresamos finalmente al edificio, en donde su madre estaba buscándola preocupada. Anahí me presentó con ella; su nombre era Lourdes, una mujer bastante guapa que debía estar en la treintena y tras una breve charla en la que congeniamos un poco, me encomendó la labor de distraer a su hija mientras terminaban de acomodar los muebles y otras cosas. Temía que su hija se aburriera o que por alguna u otra cosa, saliera lastimada. ...
... Acepté y llevé a Anahí a mi departamento. Ella estaba sorprendida por lo ordenado del lugar, había pensado hasta entonces que todos los hombres éramos unos desordenados y estaba segura de que a mis 23 años sería un desordenado. Se sorprendió también cuando vio mi colección de guitarras y tras mostrárselas me rogó que le enseñase a tocar y así lo hice, pasamos una agradable tarde practicando los acordes básicos. Había hecho una nueva amiga, una joven y bella amiga. En los meses posteriores la presencia de Anahí en mi departamento fue en aumento, dada la ausencia de su madre por cuestiones laborales. Su madre confió en mí de inmediato y me encomendaba su cuidado todos los días. Así ella llegó a pasar mucho tiempo conmigo, hasta el punto en que hacíamos casi de todo juntos: desayunábamos juntos, comíamos juntos, veíamos TV juntos, practicábamos guitarra juntos, jugábamos vídeo juegos juntos e inclusive a veces pasaba a recogerla a la escuela. Al final del día, a eso de las once de la noche, su madre pasaba a recogerla; sin embargo, tenía que llevársela en brazos, pues Anahí, para esas horas, estaba totalmente dormida. Era muy agradable ese ambiente. Un día, su madre me mencionó por la mañana, antes de llevar a su hija al colegio, que una de sus tías se encontraba un poco mal de salud. Al parecer su tía estaba sola y necesitaba alguien que la cuidase durante la enfermedad. Su plan consistía en que ella y Anahí pasaran la noche con ella, pero al salir esta del departamento, protestó: ...