Anahí R.E.
Fecha: 22/04/2018,
Categorías:
Jóvenes
Autor: joshsanz, Fuente: RelatosEróticos
... --Yo no quiero pasar la noche en casa de la tía Isabella; su casa es vieja, huele a humo de cigarro y tiene muchas cucarachas. Prefiero quedarme con Alan.- dijo haciendo un mohín. Su madre nos miró extrañada, pensativa. Anahí tenía razón, la casa de su tía era un lugar espantoso y en realidad a ella tampoco le hacía ilusión ir a visitarle. Con una mueca y una mirada de reproche, aceptó: -- Alan: yo sé que pasas mucho con esta niña y eso debe ser una molestia; sin embargó, esta vez te tengo que pedir que por favor la cuides por mí esta noche. ¿Será eso posible…?— Sus palabras resonaron en mi mente, mientras me miraban ambas con ojos convincentes. Tras pensarlo unos instantes respondí que por mí no había problema; sería una noche divertida, llena de vídeo juegos y música. Después de aceptar, Lourdes me dijo que en la tarde, cuando Anahí saliera del colegio, pasaría a dejarle conmigo, y con un dulce beso en la mejilla nos despedimos. Una vez en mi departamento, me dispuse a limpiar un poco; escombré la sala, barrí y lavé el baño, lo cual me llevó un par de horas (a decir verdad esa semana debido al trabajo, no había podido limpiar como se debía). -También ordené la cama; seguramente Anahí dormiría en ella y yo dormiría en el sofá.- pensaba. Finalmente, por la tarde, se escuchó el timbre y al salir, me encontré con ambas mujeres. Anahí estaba sería, miraba a su madre con tristeza. La madre nos dio un beso en la mejilla a ambos y se despidió cerrando la puerta. Al pasar unos ...
... minutos, me preocupaba la mirada de Anahí, así que le pregunté si tenía algún problema. Ella cambió su rostro y con la sonrisa más grande que le había visto jamás, respondió: --¡Oh por dios! ¡Vamos a pasar la noche juntos! ¡Será genial! Dulces, juegos, música, ¡será como una pijamada!— Se abalanzó sobre mí para darme un fuerte abrazo. Realmente estaba emocionada. Las cosas transcurrieron con normalidad; comíamos botana, bebíamos un par de sodas, jugamos un par de juegos de lucha, carreras, inclusive uno de rock y hasta vimos una película. De pronto surgió la idea de practicar guitarra. Ella apenas estaba aprendiendo; pero era impaciente y ya quería tocar como los grandes sin mucho esfuerzo, cosa que a veces me desesperaba un poco porque quería adelantarse a mis indicaciones. Había veces en las que no me escuchaba, así que comencé a picar sus costillas. -¡Basta,basta!- decía con su delicada vocecilla. Era en efecto cosquilluda. No hice mucho caso y continué picoteándola con los dedos, lo que ocasionó que dejara la guitarra a un lado y me saltara encima, buscando pelea. Se prensó de mi torso y me hizo cosquillas; entonces comencé a regresárselas en su abdomen. No paraba de reír y con desesperación me pateaba o me daba rodillazos. Sin embargo, aquí ocurrió algo. Al estar tan cerca de mí forcejeando, pude notar un olorcillo que inundó inmediatamente mi nariz. Ella seguía en su uniforme de educación física, no se había duchado y podía oler su sudor corporal. Era un aroma un tanto ...