1. Cielo Riveros y el Negro Uganda


    Fecha: 06/07/2025, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Katherine Riveros, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... resistencia física estaba totalmente vencida, solo por momentos entre gemidos pronunciaba algunas palabras de que el vejete parara todo ese abuso a su escultural cuerpo. La colegiala sentía que su cuerpo empezaba a encenderse incontrolablemente, el fogoso temperamento de su cuerpo le ganaba la batalla a su mente que trataba de reprimir esas sensaciones, no tenía como resistir todos esos estímulos, era demasiado
    La jovencita no cesaba de retorcerse pero ya no tanto por oponerse al abuso del viejo, sino porque sentía en su cuerpo un delicioso hormigueo desde su panochita, que se extendía por toda su curvilínea anatomía, haciéndola estremecerse, llenándola de un tremendo placer y gozo; dejando de luchar, se abandonó totalmente a los lujuriosos deseos del viejo.
    Cielo Riveros comenzó a gemir de placer, ya entregada al viejo para su asquerosa satisfacción.
    –-Ahhh ahhh ahhh ahhhhhh asii asiii oohh oohhhhhhhhhhhhhh.
    Al viejo, al darse cuenta su reacción, se le dibujó una siniestra sonrisa en los labios imaginándose ya saciando sus más bajos instintos en su jugoso y suculento cuerpo que para esos momentos ya estaba a punto...listo para ser poseído a la par que pensaba.
    –- Je je je…este arroz ya se coció, le voy a dar una culeada a esta pendeja que no lo olvidará nunca… je je je je.
    La chiquilla no cesaba de jadear, ya sin ningún recato, dejando escapar todo ese fuego que trataba de contener y que le quemaba por dentro de su cuerpo, ella sentía cómo todo eso era mucho más que ...
    ... cuando se masturbaba en la soledad de su recámara; sentir las manos que la acariciaban, la estrujaban, la dedeaban; sentir esa apestosa boca cómo le chupeteaba el cuello y las orejas, llenándola de sensaciones agradables; sentir el erecto miembro del viejo cómo le punteaba sus nalgotas, excitándola; sentir ese miembro que estaba como fierro y saber que era por ella y sobre todo oler el sudor del viejo, oler ese aroma a hombre, a macho caliente…. todo eso la enardecía, no tenía comparación; de cuando se masturbaba sola, esto era definitivamente mucho más.
    El viejo sentía la mano con que la dedeaba, totalmente empapada de los flujos de la chiquilla y le decía al oído:
    –-Esta panochita tiene dueño de ahora en adelante zorra.
    –- Oooohhhhhhh…si, siiiiii……don …….Pe..Pee…Peeedroo,… Uussteeed …es …su…su duuuueeeñoo…., al mismo tiempo que hacía para atrás su culo para sentir más fuerte las punteadas que le daba el viejo.
    El hermoso rostro de Cielo Riveros tenía esos bellos ojos verdes entre cerrados por las oleadas de placer que le llegaban en forma constante una detrás de otra y que le nublaban la razón, los húmedos labios abiertos gimiendo y jadeando, presa ya su voluntad del deseo y las placenteras sensaciones que le daba el sátiro viejo, ya no le importaba nada, tan solo saciar esa incontrolable calentura casi anormal que la invadía en toda su escultural anatomía y que la llevaban a actuar como la más puta de las putas.
    –-Qué culo más rico tienes mamasota!! y estas chichotas ...
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