Bajo dominio de su padrastro - Parte 1
Fecha: 08/09/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: Natalia Guardia, Fuente: TodoRelatos
... sintiendo cómo ese simple contacto le erizaba la piel, sabía que los próximos dos meses serían una prueba, una tortura deliciosa y aterradora, Hugo no era un hombre cualquiera, era un sádico, y ella, sin saberlo aún, estaba a punto de convertirse en su juguete favorito.
El sonido de los nudillos golpeando con fuerza la puerta de su habitación despertó a Amelia de un sueño profundo, el reloj marcaba las siete de la mañana y la luz del amanecer apenas se filtraba entre las cortinas, su cuerpo, acostumbrado a dormir hasta tarde los fines de semana, se resistía a moverse, los párpados le pesaban como plomos
—¡Amelia! ¡Levántate! —la voz de Hugo retumbó desde el otro lado, autoritaria, sin espacio para negociaciones
Ella gruñó, enterrando el rostro en la almohada
—No… déjame dormir… —murmuró, arrastrando las palabras con sueño
La puerta se abrió de golpe y Hugo entró con paso firme, vestido con unos jeans ajustados y una camisa negra que resaltaba sus brazos musculosos, su mirada fría se clavó en ella, en cómo su cuerpo se curvaba bajo las sábanas, la forma en que su cabello castaño se desparramaba sobre la almohada
—No me hagas repetirlo —dijo, acercándose y arrancando las cobijas de un tirón—, tienes cinco minutos para estar lista y preparar el desayuno
Amelia se encogió al sentir el aire frío sobre su piel, llevaba solo una camiseta corta y unas bragas blancas de encaje, sintió cómo la mirada de Hugo recorría sus piernas largas, la curva de sus caderas, ...
... el escote que se marcaba bajo la tela fina, una mezcla de vergüenza y excitación le recorrió el cuerpo
—¡No soy tu criada! —protestó, cubriéndose instintivamente con los brazos
Hugo sonrió, un gesto lento y peligroso
—No, no lo eres —respondió, inclinándose hasta que su aliento caliente rozó su oreja—, pero mientras tu madre no esté, harás lo que yo diga
Amelia tragó saliva, sus pupilas se dilataron levemente ante la amenaza velada en sus palabras, sin decir nada más, se levantó de la cama y buscó a tientas unos pantalones, sintiendo cómo los ojos de Hugo la seguían, como si ya estuviera desnuda ante él
La cocina olía a café recién hecho y huevos revueltos, aunque estos últimos estaban un poco quemados, Amelia movía el sartén con torpeza, frustrada por no poder hacerlo bien, por no entender por qué Hugo insistía en someterla a esto
—Esto está horrible —dijo él, probando un bocado y arrugando la nariz—, ¿en serio no sabes cocinar ni lo más básico?
Amelia apretó los puños, sintiendo cómo el calor de la humillación le subía por el cuello
—Ya te dije que no —respondió entre dientes
Hugo dejó el tenedor y se limpió los labios con lentitud deliberada
—Pues es una de las muchas cosas que tendrás que aprender —murmuró—, después del desayuno saldremos, hay cosas que necesito comprar
Ella lo miró con curiosidad
—¿Qué cosas?
Él no respondió, solo terminó su café con calma, dejando que la pregunta quedara flotando en el aire como una amenaza
El ...