EsposasPerfectas.com - Cap 8 - Relatos Eróticos

EsposasPerfectas.com - Cap 8

... preciso, han hecho desaparecer todo rastro de cansancio de mi rostro, entendiendo que todo esto no se trataba de comodidad, sino comprender que siempre mi aspecto debe ser perfecto, y por supuesto prepararme para la siguiente liturgia,compartirla mesa de mi esposo.

Al finalizar las tres damas se aproximan ordenando que les dejen lugar para observarme, entre las tres me escrutan ordenan que retoquen el maquillaje aquí y allá, que acomoden mi cuello, que ponga mejor una de las flores hasta que finalmente dan su aprobación, yMadame Céline de Villeroyhabla

— Querida una duquesa por lo menos se cambia de atuendo y maquillaje 4 veces al día, y puedes llegar a 6 cambios de aspecto en un solo día, esto lo debes empezar a aceptarlo y aprender que tu aspecto debe ser siempre perfecto, y todo tu séquito que como ves somos muchas personas, debemos estar preparadas para atenderte y facilitarte estos aspectos que serán para ti algo cotidianos, por ello, debes ser implacable al mirarte y de encontrar algo fuera de lugar por mas ínfimo que sea ordenar corregirlo y no perdonar error o falta, dentro de poco seras tú la que debas identificar las fallas en tu vestir, y ordenar a tus criadas que lo hagan correctamente, de momento y por gracia y orden de tu marido, nosotras estamos aquí para ayudarte, pero no siempre será así.

Sin más le entregan un bolso diminuto para colgar de su mano realizado en cuero con la sigla mSGM ya tallada en su frente, en el cual lleva un espejo y su ...

... abanico, y sola le dejan ir hacia la puerta que un criado abre desde el otro lado al sentir sus pasos acercarse, anunciando su ingreso luego de abrirla y tenerla a ella en su umbral

—Madame la Duchesse deSaint Germain Moreau

No puedo crear tanto protocolo solo él y yo estamos aquí, va y los criados y criadas que van y vienen sirviendo todo. No se si resistiré tanta pompa y suntuosidad, me digo a mi misma. Afortunadamente me siento mas cómoda con esta nueva vestimenta, por lo visto para almorzar una se puede relajar un poco.

Al ingresar veo a mi marido, perdón el Archiduque que me aguarda ya en el salón comedor, rodeado de criados en posición.

La mesa, larga y solemne, estaba cubierta con mantelería de hilo bordado y vajilla de Sèvres. Platos de porcelana reposaban alineados junto a copas de cristal de Bohemia.

El aire estaba impregnado del perfume de los platos de caza y las salsas delicadas, aunque nada debía tocarse sin orden.

Tras ingresar mi siento que vengo acompañada por mis tutoras.

En lugar de saludarme o un hola, él se dirige a ellas se levantó mínimamente y con un gesto de posesión que de cortesía les indicó su sitio a la izquierda sin prestarme atención por ello yo me quedo parada en el lugar, luego ellas ya sentadas, me indica con una sonrisa mi lugar, dándome la bienvenida y que tomo asiento a su derecha, ligeramente detrás de la cabecera, como mandaba el linaje de los Saint Germain Moreau, cosa que hago ayudada por supuesto por uno de los ...