La Mina
Fecha: 24/04/2018,
Categorías:
Transexuales
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... pene, la apoyó y apretó contra él y la comenzó a mover. Soltó mi mano y yo seguí masturbandolo, se acostó de espaldas y comenzó a gemir. Pasó su mano debajo de mi cabeza e hizo una suave presión. Entendí lo que quería, pensé que se lo debía y que de todas formas me podía obligar a mamársela. Así que lo hice solo. Era un pene grande duro y muy caliente, apoyé mis labios sobre él. Estaba limpio, seguramente se había bañado antes de acostarse, agradecí el gesto mentalmente. Aunque dudaba un poco, decidí darle placer. Me lo metí en la boca, no era desagradable, me entretuve con la cabeza, volviendolo loco. En un momento, suavemente me lo sacó de la boca y me dirigió hacia sus testículos. Se los lamí mientras lo masturbaba con la mano. Volví a meterme su pene en la boca y a acelerar el movimiento, sus gemidos eran cada vez más fuertes hasta que agarrandome de los pelos sacó mi cabeza y comenzó a eyacular sobre su vientre. Fue una eyaculación larga, su cara de satisfacción suavizó sus rasgos. Acariciando mi cabeza me dijo un "Gracias" que me hizo sentir muy bien. Yo había quedado muy caliente, lo cual él notó por mi pene erecto. -Ahora se hace tarde, hay que ir a trabajar, esta noche te voy a compensar- me dijo cariñosamente. El día transcurrió sin mayores novedades, los demás miembros de la cuadrilla evitaban acercárseme, aunque me miraban con una mezcla de malhumor y sarcasmo. Decidí no preocuparme por ellos y tratar de aguantar hasta poder irme. Si bien no me gustaba la idea ...
... de haber tenido sexo con otro hombre, no lo había pasado mal. La cena transcurrió igual a la siguiente noche y de la misma manera me retiré antes. Me acosté con algo de nerviosismo pensando en su promesa de retribuirme lo de la mañana. Entró, se desvistió y comenzó a acariciarme. En determinado momento tomó mi pene, el que se paró enseguida y comenzó a lamerlo. Empecé a gozar como loco, desde hacía una semana que no tenía sexo ni me masturbaba. Pensar que tenía ese hombre rudo mamando mi pene me ponía todavía más excitado. En determinado momento comenzó a lamer mis testículos, miemtras con su mano seguía masturbándome. Fue avanzando y abriéndome las piernas llegó a mi ano. Comencé a sentir su lengua caliente y fue una sensación extraordinaria, la pasaba todo alrededor y luego presionaba para introducirla, mientras tanto seguía masturbándome y me tenía al borde de llegar a eyacular. Me había entregado totalmente a esas sensaciones, ya no pensaba en si estaba bien o no. En un momento me hizo levantar la cola y abrir las piernas, su lengua ya entraba bastante, hasta que se puso detrás de mí y comenzó a pasar su pene por toda mi raja y hacer un poco de presión en mi ano. -Por favor no lo hagas- le rogué recordando el dolor que había sufrido. -No te preocupes, no te voy a lastimar, si te duele avisame-me dijo en tono que no admitía réplica. Comenzó a penetrarme lentamente, avanzando y retrocediendo. Cuando yo hacía muestras de dolor retrocedía y volvía a avanzar lentamente. Fue un ...