Pues ese culazo me lo follaba - Relatos Eróticos

Pues ese culazo me lo follaba

Al llegar al trabajo, Dianita y yo lo hicimos por separado, queríamos seguir manteniendo el secreto de que éramos hermanos.

Yo entré en la oficina y fui directo a mi mesa, entonces vi que Irina se acercaba y me quedé acojonado, vestía una falda de tubo ajustada que resaltaba su estrecha cintura y su estupendo culazo.

Vio como la miraba y se pegó a mí para darme un golpe con la cadera.

-Límpiate las babas, bobo. – dijo en tono burlesco –

Dio media vuelta y se fue directa para su despacho.

No pude evitarlo y me giré para mirarla, movía cadenciosamente el trasero y se notaba cómo vibraban sus glúteos bajo la tela con cada paso que daba.

¡Joder! La verga se me puso más dura que el palo mayor de un velero.

Se notaban los redondos cachetes bajo la falda y se adivinaba un diminuto tanguita encajado entre sus maravillosas y anchas nalgotas.

Al llegar a la puerta dio media vuelta, comprobó que nadie miraba, y se dio un azote en el culo para después señalarme con el dedo y hacerme el gesto de que la pegara.

Guaaass. De buena gana la hubiese subido en mis rodillas y la hubiese dado azotazos en el culazo hasta dejárselo bien rojo.

¡Qué cabrona! Cómo sabía lo buena que estaba y la impresión que su culo producía en todo el que lo miraba.

Resoplé sin darme cuenta y vi que Dianita me miraba. Sonó el móvil, y al mirarlo, vi que tenía un WhatsApp de mi hermana.

“Es una puta con mucho culo y pocas tetas” Acompañado de un emoji riendo.

“Pues ese culazo me ...

... lo follaba” Respondí con un emoji llorando.

“¿Te lo quieres follar hoy?” Contestó Dianita de inmediato.

Hice un gesto con los brazos preguntando qué decía y su respuesta fue tajante.

“Llévatela a la sala de reuniones y te la follas por el culo para que lo veamos Fran y yo”

Negué con la cabeza y mi hermana se dio una cachetada en el culo como había hecho antes Irina.

“Esa zorra tiene el mejor culo que he visto en toda mi vida. ¿Estás dispuesto a perderlo?” fue el mensaje que recibí con un emoji con cara de sorpresa.

Lo pensé unos segundos y tuve claro que podía ser la última oportunidad de mi vida, Irina estaba calentita y yo iba a volver a la Uni y a dejar la oficina, era ahora o nunca.

Fui a su despacho y me arrimé por detrás, ella estaba sentada en la silla y froté mi dureza contra su espalda.

Miró de reojillo hacia arriba con una sonrisita cómplice y divertida.

-Me tienes abandonada. – dijo llevando una mano hacia atrás para agarrarme la nalga –

Me atrajo hacia ella y pegó mi polla a su cuello.

-¿Quieres follar? – solté de repente –

Soltó una carcajada y se tapó la cara con las manos.

-Joder. Que animal eres. – dijo aguantando la risa –

Apretaba mi nalga con los dedos y restregaba su nuca contra mi polla.

-¿Quieres o no? – insistí metiéndola prisa –

Me miró con cara de duda.

-No podemos. – respondió encogiendo sus hombros y con carita dubitativa –

Me incliné sobre ella, desabroché los botones de la blusa y metí las manos ...