1. Pues ese culazo me lo follaba


    Fecha: 23/09/2025, Categorías: Incesto Autor: Marco, Fuente: TodoRelatos

    ... por el escote agarrando sus dos tetitas preciosas.
    
    -¡Marcooo! – dijo riendo – Jajaja. Suéltame que pueden vernos.
    
    Hice caso omiso y las metí bajo el sujetador pellizcando sus dos pezoncitos sin cuidado alguno.
    
    -Uffff. Marco, joder. Qué van a vernos. – exclamó soltando un leve suspiro –
    
    Pellizqué de nuevo los pezones y empujé con la verga restregándola por su cuello.
    
    -Ummmmm. – soltó un profundo suspiro –
    
    Se reclinó hacia atrás y giró un poquito la cara para frotar la mejilla contra mi polla.
    
    -Vámonos. – insistí de nuevo –
    
    Pareció que dudaba pero su respuesta fue afirmativa.
    
    -Ummm. ¿Dónde? – preguntó sofocada – Ummm. ¿Dónde me llevas?
    
    La cogí de la mano y la obligué a levantarse, miré por la cristalera y comprobé que nadie nos veía. Agarré con las dos manos sus nalgas y las estrujé con los dedos clavándolos en su carne sin preocuparme de hacerla daño.
    
    Bufffff. Menudo culazo tenía Irina. Anchote, firme y duro, vamos, para estar rebotando en él todo el día.
    
    Me recreé unos segundos tocándolo con saña, lo apreté, estrujé y tiré de las nalgas hacia arriba y hacia afuera para abrirla bien la raja y recorrerla con los dedos.
    
    -Auuufff. Vámonos, vámonos. – susurró como loca en mi oído –
    
    La solté y la pedí que me siguiera en unos segundos.
    
    -¿Dónde? – preguntó nerviosa perdida –
    
    -A la sala de reuniones, el jefe no ha venido.
    
    Me sujetó de la mano y me preguntó preocupada.
    
    -¿Y Diana?
    
    -Con Diana habló yo para que bloqueé la ...
    ... puerta y nadie nos pille.
    
    -Uffff. No sé. – respondió dubitativa –
    
    Cogí su culo otra vez y lo magreé presionando las nalgas y metiendo los dedos por toda la raja buscando su agujerito prohibido.
    
    -Ummm. – gimió Irina de nuevo – Vamos, Marco. – exclamó decidida –
    
    Salí del despacho, hablé con Dianita y entré en la sala de reuniones. A los pocos segundos la puerta se abrió y entró mi hermanita con Irina.
    
    -Yo os cubro hoy. – afirmó Diana – Pero la próxima vez tenéis que hacerlo conmigo.
    
    Irina hizo un gesto afirmativo, mi hermanita cerró la puerta al salir y yo me quedé a solas con la rusa del culazo provocativo.
    
    -Ya no me haces caso. – dijo Irina poniendo un puchero –
    
    Verla allí de pie, frente a mí, con ese cuerpazo de Diosa que tenía, me recordó cuando llegué a la oficina con la única intención de follármela. Díanita estaba mosqueada con ella por la forma despectiva que tenía de tratar a sus compañeros y quería joderle la vida.
    
    Ahora, después de un par de meses, me la había follado, me había hecho su amigo e incluso hubiésemos llegado a mucho más si no fuese por la diferencia de edad que teníamos.
    
    Irina era especial, elegante, traviesa, en ocasiones graciosa y divertida, bellísima, pero lo más destacable de ella era ese culo de nalgas prietas y duras que resaltaban en todos sus vestidos, era evidente que sabía que ese era su mayor atractivo y sabía aprovecharlo, eso sin ninguna duda.
    
    Me miró con sonrisa pícara y alargó las manos para que me ...