Mi bandita en la secundaria - Relatos Eróticos

Mi bandita en la secundaria

... con Andres mis sueños se derrumbaron como pirámide de naipes. Andres dijo “Pues sí quisiera todavía, pero los enfermeros solo nos dieron de a un condón...” Yo que en ningún momento hablé, solo me mantenía serio ví una esperanza y con mi voz temblorosa le dije: “yo todavía tengo mi condón Rubí!!”. Pero ella se porto de muy mala manera y le dijo a Andres “No, con él no!, dile que te preste su condón” “Ya dale chanse ademas yo ya me cansé...” Rubí ya no dijo nada solo se quedaba viendo a las guarras de mis compañeras como las penetraban. En silencio yo solo lloraba por dentro. Era una orgía en un salón de clases. Al parecer, en el corredor que daba a nuestro salón no había ninguna alma, todo estaba tranquilo. Antes de pensar en darme un balazo, y cuando los otros compañeros terminaron de tener relaciones Rubí se decidió. “Está bien pero no me vean, vallanse a la puerta, háblale a Julio, Andres”. Yo seguía escuchando; creí que moriría de alegría; el palpitar de mi corazón alcanzó una velocidad impresionarte, espese a tragar silaba. “Dijo Rubí que no la vean sálganse, pendejos..., je, je, je...” Y después de tanta bulla y por fin se fueron me quedé solo con ella y con el sol que entraba por la ventana. Nuestras miradas e cruzaban en inmediato dirigíamos la vista al piso o a las ventanas, hasta que por fin me dijo algo que no esperaba “Oye pero tendrás que hacer mis tareas, entendido?” A mi no me importaba eso, yo me la quería coger ya, quería probar ese inmenso culote “sí, ...

... Rubí!, esta bien” Respondí alegre y ella parece que también se alegro mucho con eso. Rubí espeso con el procedimiento “¿Como le hacemos?” con un nudito en la garganta le dije “¿Como los demás, no? Es que yo tampoco se como podemos empezar” “Es que yo tampoco sé, haber tráete la silla del escritorio” Y como un rayo fui por ella. “A ver, bájate el pantalón y ponte el condón” “sí!” Y con mis manos temblorosas comencé a encapuchar mi erecto pene. A pesar de mis trece años esta vez era la primera vez que veía mi pene con unas dimensiones tan grandes, tal vez lo provocó la situación. “ya?” Parecía que estaba enojada “sí!” “A ver no te vallas a mover” Y en eso se puso enfrente de mí se bajo su calzón, de tal manera que no pudiera ver mas allá; su falda no me dejaba ver, en realidad era mas dimida de lo que penaba, pero tenía curiosidad igual que yo en probar el sexo. Se subió un poco la falda, ví sus piernas blancas, se notaba que pertenecían a unas anchas caderas, me tomo de un hombro y con la otra mano se introdujo mi pene en la entrada de su vagina. En eso me dieron ganas de empezar a meter y sacar mi pene, pero ella dio un saltito. “ay, ay, ay... espérate, espérate! no te muevas todavía, es que igual que cuando me meto los dedos ahí me tengo que esperar un ratito, porque siento que me puedo lastimar” Deje que se acomodara, no quería que se lastimara, su rostro la delataba. Dentro de una rato se acostumbro y comenzamos a jugar con nuestros sexos; siempre con sus manos tomándome de mi ...