Arroz con leche.
Fecha: 30/09/2025,
Categorías:
Gays
Infidelidad
Autor: RelatistaDan, Fuente: SexoSinTabues30
... espacio de 2 horas entre ellos, considerando el tiempo que le toma a Chai llegar a casa, él tendrá poco más de una hora de soledad en casa.
Esa hora libre en la que se supone que estaría en casa descansando, esperando que llegue su esposa para cocinar juntos, en realidad fue usada para explorar algo que desde siempre ha agitado su interior y resulta más evidente desde que llegaron a Canadá.
Chai es homosexual de closet, lo sabe desde que tiene 7 años, lo descubrió cuando vio a sus padres tener sexo en la cocina de su casa. El capullo quedó obsesionado al ver a su madre chupar la polla de su padre con vehemencia, salivo imaginando la sensación de tener un pene en la boca, fantaseaba con tomar el lugar de su padre y mamar vergas hasta que derramen el sagrado néctar creador de vida en su boca y beberlo.
Presionado por su familia y la familia de Dao no tuvo más opción que reprimir sus sentimientos y cumplir con el rol que se esperaba de él. Con esa hora libre, la libertad de no tener a las familias cerca y sin la supervisión de Dao, el varón dejaba pasar el tiempo reuniendo el valor para visitar ese nuevo club gay del que tantas bromas había escuchado entre sus compañeros, el primero en Kingston.
Un mes después de que Dao tomara su posición como cocinera de línea, Chai logró reunir el valor de visitarla noche es negra. Vestido como un caballero, Chai abandonó su identidad y se adentra en un mundo desconocido para él que le dará un nuevo significado a su ...
... existencia.
Mientras Dao cocina platillos de excelente calidad y exquisita presentación, su esposo baila con desconocidos captando la atención de un hombre blanco que responde al nombre de Owen, sentado en el fondo del lugar, alejado de la música, resguardado por la discreción que proporciona la oscuridad disfruta una cerveza lamiéndose los labios.
La mirada del masculino hombre se centra en el exquisito trasero de Chai, sin saberlo los movimientos al compás de la música excitan a un hombre que aguarda paciente como animal acechando a su presa por el momento correcto.
Libre de prejuicios como nunca en su vida Chai respira agitado bebiendo su tercer mojito, regula su respiración sentado solo en la barra donde el bartender le sonríe y guiña el ojo sonrojando al “masculino” hombre asiático. En un intento de ocultar su vergüenza se giró no sin antes devolver el gesto con una sonrisa.
Ese era el momento, Owen bebió su cerveza de un trago, se levantó de su silla y avanzó con paso firme a su presa, un hermoso hombre asiático de musculatura esbelta, sudado y lo suficientemente suelto por el alcohol para dejarse llevar por la afilada y muy bien versada lengua del masculino hombre caucásico que le endulzó el oído en minutos.
“¿Cómo demonios pasó esto? ¿Cómo diablos llegué hasta aquí? ¡Esto no debería estar pasando!” Pensaba Chai mientras le comían el cuello, orejas y boca a besos. Sus piernas le tiemblan, la diminuta erección no se nota bajo el pantalón, gemía como otras veces lo ...