1. Ejercicio para culos hambrientos


    Fecha: 30/09/2025, Categorías: Gays Incesto Intercambios Autor: Remaster64, Fuente: SexoSinTabues30

    Durante las siguientes horas de clase me las pasé mirando al profesor de literatura, un hombre caucásica de físico exquisito y sexy.
    
    Sus ojos azules no dejaban de mirar en mi dirección y sus cejas gruesas se unían en un ceño fruncido.
    
    Adoraba la idea de saber lo que me haría por estar viendolo durante la clase.
    
    Sabía que estaba jugando con fuego, pero ya estaba acostumbrado a quemarme con él.
    
    Los mejores ejemplos eran mi padre y sus amigos del gym. Cada uno dejó una quemadura en mi piel a través de sus pollas adultas.
    
    Eran deliciosas, carnosas y voluminosas. Pedazos de carne que te invitaban a comerlos con la boca.
    
    Suspiré ante la idea y volví a mirar la entrepierna del maestro Thomas.
    
    Fuí atrapado infraganti por el maestro, y en ese momento, el timbre de salida sonó.
    
    Todos los estudiantes guardaron sus cosas y salieron.
    
    Mi mejor amigo hizo lo mismo y bajó primero.
    
    —Esperame en la salida, llego en media hora, tengo algunas dudas sobre la clase.
    
    Mi mejor amigo, Henry, un chico pelirojo de ojos bonitos asintió con la cabeza antes de irse.
    
    Cuando Henry pasó cerca de la mesa del maestro Thomas, el menor se sonrojó.
    
    Una vez solo quedamos mi maestro y yo, ví como el adulto se levantaba de su escritorio y caminaba hacía la puerta.
    
    Cerró con pestillo y se dio la vuelta para verme.
    
    Sus ojos azules brillaban ante el ocaso que se proyectaba en las ventanas dándole un aire amenazante, como el de un asesino con su victima.
    
    Miré sus manos ...
    ... grandes ir hacia su cintura para empezar a quitarse su cinturon. Mientras lo hacia, el maestro Thomas caminaba en mi dirección sin despegar la mirada de mí.
    
    —Has sido un niño muy malo. Tu maestro debe enseñarte por las malas a obedecer a tus mayores —dijo el profesor en tono grave.
    
    Sus pies se detuvieron a un metro de mí.
    
    Terminó de quitarse el cinturón y desabrochó su pantalón ajustado.
    
    Con un movimiento de sus manos bajo su pantalon hasta las rodillas, llevaba puesto como ropa interior un suspensorio azul que realzaba sus duras nalgas.
    
    Mis ojos brillaron al tener tan cerca aquella polla adulta y observé al adulto con deseo.
    
    Una risa burlona adornó los labios del mayor.
    
    —Sabia que eras una putita golosa. Ya tengo experiencia con niños como tú ¿Quieres la polla de tu maestro? —preguntó el profesor Thomas.
    
    Su tono era sugerente y morboso, como si estuviera tentandome con sus palabras.
    
    Miré su polla escondida en el suspensorio antes de responder.
    
    —Quiero su hombria, maestro Thomas.
    
    —Claro que la quieres, putita.
    
    Su respuesta me hizo sonreir.
    
    —Mirate. Feliz de tener a un hombre para enseñarte. Tienes suerte, soy un profesor muy paciente. Me aseguraré de que aprendas bien a complacer a un macho.
    
    Su tono ronco y grave hizo eco en las paredes del aula, después, sentí una de sus manos tomar mi cabeza y pegarla a su entrepierna.
    
    —Empieza por quitarme el suspensorio. Tengo un amiguito que quiere salir a saludarte.
    
    Hice caso a sus palabras y ...
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