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Ejercicio para culos hambrientos
Fecha: 30/09/2025, Categorías: Gays Incesto Intercambios Autor: Remaster64, Fuente: SexoSinTabues30
... rápidamente quité el suspensorio azul de su pelvis. Lo dejé caer junto al pantalón y el profesor Thomas terminó de desnudarse de la cintura para abajo con un movimiento de sus piernas. Tiró el pantalón y el suspensorio a un lado, luego tomó mi cabeza para acercar mis labios a su polla erecta. Era grande, la cabeza tenía forma de cono y no estaba circuncidado. En los pliegues alrededor su glande tenía restos de suciedad que desprendían un olor a pescado crudo. La saliva en mi boca empezó a brotar y dejé que sus manos terminaran por pegarme a su hombría. Permití que mis labios besaran la piel sudorosa con olor a orina. Pasé mi lengua por aquellas venas abultadas que tenian una textura suave. Mi aliento engulló la carne palpitante adulta y los gemidos graves del maestro Thomas fueron musica para mis oidos. Mi boca se amoldó al tamaño grueso y largo de aquella polla mientras iba acostumbrando mi paladar al sabor salado que tenía. El olor a pescado era intoxicando y al pasar mi lengua en aquella suciedad que tenia en los pliegues por debajo de su glande pude percibir un sabor rancio y pastoso. Sin embargo, en vez de asquearme, quería probar más. Mis labios dejaron suaves caricias en la piel tersa y pasaron por el tronco venudo hasta tocar la base donde estaban los testículos. Una mata de pelos rubios me dieron la bienvenida y mientras sumergia mi rostro en aquel mar de vello masculino, sentí como el hedor a macho embriagaba mi nariz. Era un aroma ...
... espeso, agrio y picante, emanaba de sus testículos con una potencia tal que podia sentirlo llegar a mi rostro por el calor que desprendia. Solté un gemido al sentirme feliz de tener todas esas nuevas sensaciones con mi maestro de literatura. Recordé a mi mejor amigo Henry y no pude evitar sonreir. «Realmente tiene buen gusto. Cuando tenga su oportunidad de follar con el maestro Thomas lo disfrutara, eso es seguro», pensé. Mi profesor tomó mi rostro y lo movió hacía su polla de nuevo. Escuché el sonar del reloj y sabía que no tenía mucho tiempo. Tomé con mis labios la punta de la polla de mi maestro y empecé a meterla en mi boca. Relajé mis músculos faciales y bucales para darle entrada a la hombría magnanima de mi profesor. Sentí sus dedos apretar mis mejillas mientras yo succionaba con fuerza para meter más de aquella virilidad adulta. Un gemido ronco de mi maestro me hizo saber que lo estaba haciendo bien. Empecé a mover mi cabeza para follarme como sabia hacerlo y los gemidos del profesor Thomas aumentaron. —¡Maldicion! ¡Sabes como mamarla rico! Mis labios se juntaban más y mi aliento golpeaba la punta de la polla de mi maestro en cada felación. Sus caderas bombeaban mi cara al ritmo de mis penetraciones y sus gemidos pasaron a jadeos. —¡Eres una putita necesitada! ¡Mira como succionas mi polla! ¿Quieres mi leche verdad? ¿Deseas llenarte con el semen de tu profesor? Sus palabras graves y jadeantes me hicieron aumentar la velocidad de las ...