1. Toques calientes y mas en el tren - Parte 1


    Fecha: 04/10/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Nicole Hot, Fuente: TodoRelatos

    El sol comenzaba a esconderse entre los edificios de la ciudad mientras Helena caminaba hacia la estación de tren, su teléfono vibraba sin cesar en su mano, mensajes de su amiga Lucía llenaban la pantalla con promesas de una noche divertida y tal vez algo más — "No te vas a arrepentir, tengo una sorpresa para ti" — leyó con una sonrisa pícara antes de guardar el dispositivo en su bolsillo, sus botas de cuero militar resonaban contra el pavimento con cada paso, firmes pero femeninas, como todo en ella, su falda negra, corta y ajustada, se movía con un balanceo provocativo que no pasaba desapercibido, los hombres que cruzaban su camino no podían evitar mirarla, algunos disimulaban con sorbos de café, otros ni siquiera se molestaban en ocultar su deseo, pero Helena, acostumbrada a esas miradas, seguía su camino sin inmutarse, el viento jugueteaba con su cabello castaño oscuro, suelto y sedoso, que caía sobre sus hombros como una cascada, sus labios carnosos, pintados de un rojo discreto, se fruncían levemente mientras calculaba el tiempo que le quedaba para llegar al tren.
    
    La estación estaba casi vacía a esa hora, solo unos cuantos viajeros dispersos esperaban en los andenes, el anuncio de la llegada del tren resonó en los altavoces y Helena subió al vagón, eligiendo un asiento junto a la ventana, el compartimento estaba en silencio, el traqueteo de las ruedas sobre los rieles era el único sonido hasta que la puerta se abrió y un hombre mayor, de pelo canoso y un evidente ...
    ... abdomen prominente, entró con paso lento — "¿Este asiento está ocupado, señorita?" — preguntó con una voz ronca pero educada, señalando el lugar a su lado, Helena lo miró un instante, sus ojos marrones reflejaban curiosidad antes de asentir con la cabeza — "No, siéntese" — respondió, volviendo a su teléfono como si nada, pero el hombre, Martín, no parecía dispuesto a dejar pasar la oportunidad de entablar una conversación.
    
    — "¿Viaja lejos?" — preguntó él, acomodándose en el asiento con un gruñido leve, sus ojos recorrieron su figura con disimulo, deteniéndose en las medias oscuras que cubrían sus piernas tonificadas hasta justo debajo de la falda.
    
    — "Solo unas horas, voy a visitar a una amiga" — respondió Helena sin levantar la vista, aunque notó cómo su mirada se posaba en sus muslos.
    
    — "Ah, la juventud… siempre en movimiento" — rió entre dientes, ajustándose el saco sobre su panza — "Yo a su edad también viajaba mucho, aunque nunca con compañía tan bella" — agregó, lanzándole una sonrisa que revelaba dientes amarillentos por los años.
    
    Helena sintió un escalofrío, no de incomodidad, sino de algo más… intrigante — "Gracias" — murmuró, esta vez alzando la vista para encontrarse con sus ojos, oscuros y experimentados.
    
    — "¿Estudia algo, señorita…?" — dejó la pregunta en el aire, esperando su nombre.
    
    — "Helena. Y sí, psicología" — respondió, cruzando las piernas inconscientemente, lo que hizo que su falda subiera unos milímetros más.
    
    — "Helena… nombre de diosa" ...
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