Parejas de Conveniencia
Fecha: 13/10/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: fuego de Hefesto, Fuente: TodoRelatos
... llevarla a cabo, se veía capacitado para fecundarme.
El ginecólogo que me trata me recetó un fármaco que favorecía la fecundación, indicándome que tuviera paciencia y esperara un poco más. Ese fármaco según me había indicado era bastante eficaz, y lo tenía que tomar la mujer todos los meses cuando se acercaba los días fértiles, y que producía los efectos de provocar un estado de excitación en la mujer, que la convertía en más receptiva, pero como efectos secundarios, provocaba que fuese más ardiente en el sexo en esos días capitales… el apetito se disparaba de manera involuntaria. Siguiendo dichas instrucciones, llevaba unos dos meses tomando dicho tratamiento aunque, había comprobado que tras ingerir la fórmula mi cuerpo se excitaba sobremanera, y me percataba que mi necesidad de tener sexo se multiplicaba…, aunque el problema llegaba a la hora de la cópula, el macho no estaba en lo alto.
Doña Berta, la madre de mi esposo siempre había tenido a mi esposo como el hijo predilecto, y eso suponía que lo llamaba y contaba con él para todo. Mi marido es buena persona, y siempre complacía a su madre, hasta el punto que algunas veces me desesperaba y en otras incluso llegaba a tener celos de ella. Sin embargo, amaba y sigo amando a mi esposo, y por ello he soportado esa dependencia maternal.
Yo mantenía un cuerpo bastante juvenil, más bien delgado, con una estura media, ya que apenas alcanzó los 1’68 de altura. Todos me dicen que soy bien parecida, con un pecho algo ...
... voluminoso que destaca sobremanera aunque un poco caído por la excesiva masa mamaria que tengo, nada que no actúe como acicate para muchos hombres que les gustan las tetas grandes tipo calabaza“curcubita moschata” y un buen pompis respingón, de esos que hacen irremediablemente voltearse a los hombres al pasar por la calle, con dos nalgas diáfanas que se mueven arriba y abajo independientes con el movimiento de mis pasos al andar, sobre todo cuando me pongo esos vestido de gasa que se cuelan por la raja profunda de mi culo… me lo suelo poner con frecuencia, porque como cualquier mujer, me excitaba sentirme deseada, por lo que en algunas ocasiones me contoneo más de la cuenta al pasar por un grupo de hombres, escuchando los comentarios a mi paso, dejándoles deseosos de poseer mi cuerpo.
El hermanito benjamín de mi marido, Hans, solo tenía 22 años. El muchacho siempre ha sido muy bien parecido, con unos ojos azules preciosos, pelo castaño, tez morena, con un metro casi ochenta de altura, cuerpo bastante fornido, donde destacaban los bíceps de sus brazos y su ancha espalda. Siempre ha destacado por ser buen deportista, y se percibía que machacaba su cuerpo con la práctica de la natación varias veces a la semana. Era más alto que su hermano, y por supuesto, su cuerpo musculoso y fibroso, nada tenía que ver con el de mi esposo, el cual no solo era más grueso y fondón, sino que era más propenso a la vida sedentaria.
Hans se encontraba estudiando Ingeniería medioambiental, y era ...