ABRIENDO LAS ALITAS, FINAL
Fecha: 15/10/2025,
Categorías:
Gays
Autor: Martian25, Fuente: SexoSinTabues30
... percibirla claramente. De la caricia, los compañeros ni cuenta se dieron, excepto Yolanda.
–¿Cómo te fue con David? –preguntó quedito.
–Nunca te contaría.
–Te entiendo. ¡Uy! De seguro te fue rete bien. Qué bueno.
David terminó el examen antes que yo y a la salida ya no lo encontré. Me pareció muy extraño, de hecho, caí en la cuenta de que David no me había dicho ni una sola palabra durante toda la mañana y de que no se había sentado junto a mí. Su actitud fue un tanto evasiva. Supuse que estaría triste por la despedida y que en su casa tendrían muchas cosas que hacer.
Al siguiente día llegué temprano a la escuela para repasar con Yolanda el examen de matemáticas antes de que empezara.
–Dany, David me pidió que te avisara que te está esperando en el parque –dijo un compañero al entrar al salón, que vayas rápido.
Me fui corriendo, mi corazón empezó a palpitar aceleradamente, presentí que algo malo sucedía. Se me hacía muy raro que David no entrara a hablar conmigo directamente. Lo encontré recargado en unos árboles a la entrada del parque, muy serio, esquivando mi mirada.
–¿Qué pasó? –pregunté con desesperación.
–Ven, sígueme –dijo David mientras caminaba rumbo a los sanitarios de la cancha de voleibol.
–¿Qué pasó? –le preguntaba insistentemente.
No dijo nada y lo seguí sin comprender su actitud. En cuanto entramos a los sanitarios David me tomó del cuello y sin más, me mordió los labios bruscamente.
–¿Qué me diste para convencerme? –me ...
... preguntó, o más bien me reclamó.
–¿Qué te pasa? –contesté nervioso.
–Tenía que verte antes de entrar al salón.
Me abrazó y me empezó a tocar las nalgas con brusquedad.
–Te voy a meter la verga, cabrón –sentenció tajante.
–Estás loco, aquí no se puede. Ya va a empezar el examen.
–Nos vemos aquí al terminar el examen y vale más que vengas –me ordenó.
Se quedó mirándome enojado y su mirada me asustó, mi confusión era muy grande. Salimos de ahí y nos fuimos al salón sin decir nada.
Por nerviosismo apenas pude contestar las preguntas del examen. Al terminar, David y yo nos encontramos nuevamente en la entrada del parque, me hizo señas y lo seguí hasta las gradas del campo de béisbol.
–Sígueme –volvió a ordenar.
–¿Qué pasa? ¿Por qué me hablas así? –le insistía, pero él no contestaba.
Lo seguí hasta los vestidores bajo las gradas, más por lo intrigado que me tenía que por obedecerlo.
–Te encanta la verga ¿verdad? –dijo mientras jalaba mi mano para que sintiera su pene debajo de los pantalones.
–¿Qué tienes? –pregunté asustado.
–Nada, solo que te la quiero meter ahorita –ordenó
–Nos puede ver alguien.
–Aquí nadie nos ve, cabrón –insistía.
No comprendía sus insultos y me quedé inmóvil. Luego, me llevó a empujones hasta la parte más alejada de los vestidores, a un rincón medio oscuro y maloliente. Me recargó de cara contra la pared con violencia, tuve que detenerme con las manos para no chocar con el muro. De un jalón me quitó la mochila y ...