Mamá me manda a la sexóloga (madrina e ahijado)
Fecha: 20/10/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: luisfa60, Fuente: CuentoRelatos
... pene, es más, algún tamaño no es adecuado para algunas mujeres, hasta puede resultar incómodo alguna posición, inclusive algunas veces hasta doloroso. ¿Cuál es el tamaño del tuyo?
– Diez centímetros en flaccidez y diecisiete y medio en erección, y no muy grueso.
– Con eso sería suficiente para satisfacer a una mujer, el tema es cuan exigente sea la pareja de turno, volvemos al principio, no importa el tamaño, importa el saber usarlo y los juegos previos bien hechos.
– Pero madrina, sinceramente yo me encuentro mal al respecto.
Sin mediar más palabras me desabrochó el pantalón metiendo su mano y tomando mí verga la comenzó a mover como si la masturbara, se le hacía incómodo, bajo mi pantalón y calzoncillo, dejando mi vergüenza expuesta. Lentamente mi pene fue tomando cuerpo y dureza hasta que estuvo totalmente duro.
– Bien, responde a los estímulos, reacciona normalmente y toma en erección una medida considerable y sobre todo se ve sabroso, siéntate en la camilla, por favor.
Lo hice, acercó la silla agachándose sobre el miembro para llevarlo a su boca, con la punta de la lengua recogió el líquido pre seminal que ya estaba saliendo.
– Vamos bien, el líquido sale de color y sabor correspondiente, justo como me gusta.
Siguió chupando en una forma totalmente experta, pasaba la lengua por todo el miembro, apretaba con ese órgano tibio y suave el tronco de la verga contra el paladar dando pequeñas succiones, pasaba la punta por el agujero de la ...
... uretra, se la introducía hasta el fondo y la sacaba lentamente, tomo los testículos con una de sus manos dando pequeños apretones y los estiraba levemente. De repente se detuvo, comenzó a desvestirse sensualmente y me indicaba mediante señas que hiciera lo mismo, sin dudarlo me desnude. Debo reconocer que tiene un físico bastante bien formado, sus redondas tetas (me parece que están con cirugía) apuntaban a mi rostro, sus pezones de amarronadas areolas apuntaban directamente a mis ojos.
Ya sin dudas ni vergüenza me arroje sin desesperación sobre ellos para introducirlos por turnos en mi boca y chuparlos, sentí como iban creciendo y endureciendo en mi cavidad bucal, mi excitación iba en aumento, mis manos se deslizaron hacia su culo, duro y redondo, mientras los masajeaba mi madrina comenzó a gemir levemente, pase mi dedo medio entre la línea divisoria de los glúteos, se separaron un poco dándome acceso a tocar el esfínter anal, mire su cara y estaba mordiendo su labio inferior, sus ojos apuntaban hacia arriba y parecían temblar con un rápido movimiento, rápido y corto, los parpados se le entrecerraban. Con ese mismo dedo llegue a la base de su empapada vagina, una pequeña porción se deslizo dentro, se me dificultaba, lleve la mano hacia adelante para poder seguir la tarea.
Pude abarcar todo su sexo, el que se encontraba al rojo vivo, improvisé muy bien, pues nunca había masturbado a una mujer, ¿Cómo lo supe? Me aviso su gemido gutural de ese orgasmo que logre hacerle ...