Mi hija, desde que entró en la adolescencia - Relatos Eróticos

Mi hija, desde que entró en la adolescencia

... calenton como te puedes imaginar y prácticamente la obligo a tener sexo, porque ella no quiere y discutimos.

Si lo habláramos con ella, lo mismo no la importa, porque la dejaría a ella tranquila.

- Bueno, es posible, pero lo tienes que hablar tú con ella y supongo que luego querra ella hablarlo conmigo, ya de mujer a mujer.

- Me parece muy bien, lo hablaré con ella mañana mismo.

- Ok, pero hay otra cosa ¿Que pasa si me dejas embarazada? ¿Tendría un hijo con mi padre?

- Hombre, hija, se supone que tu te cuidaras.

- Si, claro, pero también me cuidaba antes y mira, falló el sistema y...

- ¡Joder! ¿Estas embarazada porque falló el sistema anticonceptivo que utilizabas?

- Si papá, ¿No pensaras que lo hice a propósito?

- Bueno, se supone que habrá métodos más seguros, será cuestión de consultarlo con tu ginecólogo.

- Pues si, aunque, la verdad es que, pensándolo fríamente, ¿Te imaginas el morbo de follar con mi padre pensando, cada vez que te corras dentro de mi, que me estas embarazado en ese momento? Ufff

¡Joder!, ya salió la cabeza loca, que yo pensaba que había sentado la cabeza, pero se ve que sigue igual...

Pero, como yo lo que quería era poder seguir follando con ella, le dije:

- Pues mira hija, viendolo así, por mi no hay ningún problema y tienes razón, que si al morbo de follarme a mi hija, le unés el morbo de pensar, cada vez que me corra dentro de ti, que te puedo estar embarazando, pues, debe ser el no va más..

Y en eso ...

... quedamos, que al día siguiente lo hablaría yo con mi mujer.

Despues volvimos a follar, poniendose ella a cuatro, con la barriga apoyada en una almohada y ahí ya mi hija se mostró como la zorra que era, la gustaba el sexo duro y lo disfrutaba a tope, a pesar de su embarazo.

Dormimos juntos y por la mañana, mi hija, me despertó con una mamada y después se montó sobre mi pene y volvió a follarse ella misma, saltando con mi pene clavado hasta dentro y gimiendo como la hembra caliente que es.

Aunque habíamos quedado que yo lo hablaría con mi mujer, cuando llegué por mediodía de mi trabajo, fue mi mujer la que lo habló conmigo, porque mi hija se lo había cascado en cuanto llegó y... ¡oh sorpresa!

Mi mujer lo consideró como algo "normal", como había considerado y justificado siempre todo lo que hacía nuestra hija, fuera lo que fuera.

En este caso extremo, tambien lo hizo y me dijo que, siendo nuestra hija como era, prefería que lo hiciera conmigo, antes que se convirtiera en la comidilla de la universidad, siendo señalada y yendo de boca en boca.

Yo, naturalmente, le dije que estaba totalmente de acuerdo, pero que tenía que comprender que, una vez que lo habíamos probado, los dos íbamos a querer seguir haciendolo muy a menudo.

A lo que ella me contestó, con la sinceridad y la simpleza que la caracterizaba:

Que por ella no había ningún problema, que yo ya sabía que para ella el tener que cumplir con sus obligaciones conyugales era ya una auténtica molestia, así que si ...