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La Camarera Madurita FIN
Fecha: 21/10/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Atlas, Fuente: TodoRelatos
... eran firmes y decididas, y aunque una parte de ella quería detenerlo, otra parte estaba fascinada por la audacia del momento. Los invitados observaban con atención, algunos haciendo comentarios y otros simplemente disfrutando del espectáculo. El novio, con una sonrisa traviesa, deslizó una mano por debajo, acariciando suavemente la piel de sus muslos. La proximidad de sus cuerpos, la música y la atmósfera cargada de deseo hacían que Rosa sintiera cada vez más intensamente la excitación. De repente, el novio metió sus dedos bajo la cinturilla de las bragas de Rosa, tirándolas hacia arriba y metiéndolas entre sus nalgas. La sensación inesperada y la intimidad del gesto hicieron que Rosa soltara un suave jadeo, sus mejillas sonrojándose. La mezcla de incomodidad y placer la abrumaba, pero se obligó a mantener la compostura. —Tranquila, estás preciosa así —le susurró el novio, mientras sus manos seguían acariciando su cuerpo. Rosa cerró los ojos por un momento, dejándose llevar por las sensaciones que recorrían su cuerpo. Aunque se sentía expuesta y vulnerable, también experimentaba una poderosa oleada de excitación que no podía ignorar. Los aplausos y los vítores de los invitados la envolvían, intensificando aún más la experiencia. Finalmente, la canción terminó, y el novio soltó a Rosa, dándole un último y suave apretón en la cintura. Los invitados estallaron en aplausos, y Rosa, aunque un poco aturdida, se obligó a sonreír y hacer una ligera ...
... reverencia. Después de bailar con el novio, Rosa regresó a la pista con la intención de volver a su trabajo, pero los otros invitados no estaban dispuestos a dejarla ir tan fácilmente. Uno tras otro, los hombres se acercaban a ella, deseando tener su turno para bailar con la atractiva camarera. El primero en acercarse fue un hombre de mediana edad con una sonrisa descarada. —No puedes irte todavía, hermosa. Ahora es mi turno —dijo, tomando suavemente la mano de Rosa y guiándola de nuevo al centro de la pista. Rosa, sintiendo la mezcla de nerviosismo y excitación de antes, permitió que el hombre la guiara. Mientras la música continuaba, las manos del hombre se posaron en sus caderas, moviéndose con firmeza y seguridad. Los dedos del hombre exploraban su cuerpo con una audacia creciente, y Rosa no pudo evitar sentir cómo la excitación crecía dentro de ella. A medida que el baile se volvía más intenso, otros invitados se unieron, formando un círculo alrededor de Rosa y su pareja. Las manos del hombre se deslizaron por su espalda, bajando lentamente hasta sus nalgas. Rosa sintió cómo su vestido se subía ligeramente, exponiendo más piel a las caricias. —No puedo creer lo afortunado que soy de tener esta oportunidad —susurró el hombre, su aliento caliente contra su cuello. Otro invitado, un joven atractivo y seguro de sí mismo, se acercó y tomó el lugar del primer hombre, envolviendo a Rosa en un abrazo firme. —Es mi turno ahora —dijo con una sonrisa, comenzando a moverse al ...