1. La versión más puta de la mujer de mi padre


    Fecha: 27/10/2025, Categorías: Incesto Autor: Ulpidio, Fuente: CuentoRelatos

    ... traté de disimularla con la remera. Tenía una de esas bermudas deportivas sin calzoncillos y la pija casi libre. No me importó nada. Ella tampoco hizo ningún comentario. Me pidió que me parara frente a ella y con un movimiento de bailarina se inclinó y apoyó una de sus pantorrillas en mi hombro.
    
    Indefectiblemente mi pene quedó rozando su vagina, y más sentía su calor cuando ella estiraba sus manos para agarrar su talón sosteniéndose en puntas de pie y con mi pija. Mariana lanzó un gemido suave y se apoyó un poco más fuerte contra mi verga que a esa altura ya estaba tiesa haciendo presión en su calza. Se apretó más a mi pija y se quedó quieta por varios minutos. Lo mismo repitió con la otra pierna y otra vez se frotó contra mí con movimientos suaves, gemidos silenciosos y una sensualidad desmesurada.
    
    La dejé hacer sin hacer mucho hasta que cuando estaba frotándose contra mi pija comenzó a temblarle la pierna de apoyo. La tomé de la cintura y la acerqué más a mí. Sus tetas quedaron casi pegadas a mi pecho y tendría mi pija hasta las entrañas si no fuera por esa calza que se sentía caliente, húmeda y apetecible.
    
    Cuando bajó la pierna quedó en puntas de pie frente a mí y volvía a acercarla con mis dos manos a la altura de su cintura, cómo noté que no oponía resistencia, bajé las manos para que poder abarcar con mis palmas esos cachetes redondos. Los apreté suavemente y otra vez mi pija y su vagina se encontraron, sus labios quedaron encima de mi tronco y con las ...
    ... manos le abrí un poco las piernas para que la sintiera un poco más.
    
    —Esto no está bien Martín —me dijo y se frotó más frenéticamente con sus brazos cruzados en mi cuello y sus tetas en mi pecho. Yo abrazaba a Mariana con mi tronco casi incrustado en su calza y ella se ponía en puntas de pie para sentirla más y más cerca de su conchita caliente.
    
    —Me estás poniendo algo puta Martín —me dijo y me dio un beso en el cuello, con la punta de su lengua recorrió desde el escote de la remera hasta el pómulo de la oreja y cuando la acerqué un poco más, me mordió apenas el lóbulo y eso me la puso más dura aún.
    
    Le corrí la cara y le comí la boca con un beso de lengua que la sorprendió, pero noté cómo se le aflojaban las piernas y con sus dos manos me tomaba de la nuca para que se la hundiera más. Yo seguía sobándole las nalgas, y jugaba con mi pene en su calza empapada. Metí una de mis manos por detrás y por primera vez pude sentir su piel suave y caliente. Mariana gimió y se apretó más a mí. La tenía casi montada en mi pija y con sus nalgas apretadas para sentirla más y más en su rajita empapada.
    
    Mariana se dio vuelta y quedó con su culo apretado contra mi pija que todavía seguía debajo del pantaloncito. Instintivamente cuando se arqueó hacia mí le empecé a sobar las tetas con las dos manos. Mariana ya gemía sin tanto reparo, se apretaba a mi pija y daba pequeños gritos de placer cuando le hundía la lengua en su oreja mientras le masajeaba las tetas y le pellizcaba los pezones ...
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