1. Un domingo trabajando


    Fecha: 27/10/2025, Categorías: Hetero Autor: Cielo del Norte, Fuente: CuentoRelatos

    ... veíamos así que, ¿qué mejor que esto? Tengo las llaves y puedo estar lo que me dé la gana aquí, no viene nadie más hoy” respondí mientras fumaba
    
    Tras acabar el primer porro vino el segundo, la maestría de Ana en la materia era impresionante, y su rapidez más. Una cerveza, otra, otra… pasado un rato estábamos bien a tono, nos fuimos acercando más y los roces eran continuos por cualquier motivo.
    
    “Me alegro mucho que hayas venido Ana, no viene nadie a verme nunca ya que esto está muy apartado de todo, que suerte haberte pillado libre” le dije mientras le acariciaba la barbilla sutilmente.
    
    “Pues ya ha venido hoy alguien a verte, y muy contenta por ello créeme” me dijo mirándome fijo. Llevábamos dos horas ya juntos y llegaba el momento de pasar de prolegómenos. Estábamos muy a tono y ya os apetecía pasar a la acción. Se me acercó y me besó la boca, comenzando un largo e intenso morreo. Se acopló sentada encima de mí y comenzó a mover sus caderas apretándola contra mi paquete. Nos empezamos a calentar mucho con el besuqueo y los movimientos, así que le levanté la camiseta
    
    para encontrarme con sus poderosas tetas, de grandes pezones. Le quité el sujetador para comérselas, que delicia, eran tan grandes que no me cabían en la boca, así que alternaba una y otra, lamiendo los pezones, apretándolas con las manos, dándoles bocados. Ana daba pequeños gemiditos, le estaba poniendo cachonda mi dedicación a sus tetas, y se movía más fuerte contra mí.
    
    Apartándose un poco y ...
    ... sin dejar yo de acariciar sus tetas empezó a desatarme el cinturón, desabrochó el pantalón y metiendo la mano en mis boxers acarició mi miembro.
    
    “Ufff qué duró está esto ¿no? dijo, tenía cara de cachonda, le brillaban los ojos azules que poseía, y sacó mi polla al exterior para comenzar a hacerme una paja lentita. Que gusto empecé a sentir, estaba en la gloria, alargué el brazo para pillar una de las latas de cerveza y le di un trago mientras sentía su fría mano agarrando mi polla y moviéndola arriba y abajo. Me cogió la cerveza y dando otro trago (sin dejar de pajearme) se levantó, dejó la lata en la mesita, me sacó los pantalones y el bóxer y se arrodilló entre mis piernas. Estaba muy sexy con sus vaqueros azules y desnuda de cintura para arriba.
    
    Agarré sus tetas y ella lamió mi pecho y mi vientre y sin demorarse mucho bajó hasta mi pene, lo metió en la boca y comenzó una buena mamada arriba y abajo.
    
    “Oh Anita…. que gusto tía” exclamaba yo entre gemidos. Daba lamidas en mi glande muy velozmente dándome un gusto muy intenso, un cosquilleo casi insoportable. Con su mano derecha acariciaba y me apretaba la base y los testículos, de manera que mi pene tomaba unas dimensiones considerables, hinchándose la cabeza en su boca. Que gusto. Ana sabía lo que hacía, la quería poner bien dura y grande para luego metérsela hondo, y vaya si lo estaba logrando.
    
    Su boca era una cueva de placer para mi polla, ahora ya no daba lamidas sino que la comía y masturbaba con la mano, me ...