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Mi madre y su Jefe 2 La cena
Fecha: 29/10/2025, Categorías: Voyerismo Autor: em5, Fuente: TodoRelatos
Esta es la segunda parte de mi trilogía “Mi madre y su Jefe”, la primera parte está disponible en mi perfil y es altamente recomendable por no decir imprescindible leerla para comprender los hechos que estoy a punto de narrar. Dicho esto, aquí dejo el resto de mi testimonio infame. En los días posteriores, ni siquiera tenía el coraje para mirar a mi madre a la cara. Cuando me sentaba a desayunar con ella, jugueteaba con mis tostadas con tal de mantener una conversación que nunca iba a ninguna parte, con la intención de evitar tocar ningún tema específico por medio de delatarme. Por momentos del día, en el instituto, en el coche, en la ducha, tenía estos “flashbacks” frenéticos y asquerosos que exponían imágenes rápidas de mi madre siendo empalada por Armando. Cuando esto pasaba no podía más que sentirme asqueado, y excitado, a partes iguales. Tenía que estar constantemente ocultando mis erecciones, y cuando me decidía a masturbarme, intentaba sin éxito imaginar otra situación que no fuese a mi propia madre, incluso llegando a consumir contenido más hardcore, con la esperanza de que el valor impactante del mismo me zafara de la prisión mental en la que me encontraba. Pero fracasando siempre, terminaba eyaculando con fiereza con la escena que vi tatuada a fuego en mi sien, recordando la brutal follada y retorciéndome de placer mientras la revivía una y otra vez, se estaba convirtiendo en una repulsiva adicción. Un par de meses después, aún no me atrevía a regresar a esa ...
... maldita oficina, no podía, mis piernas y mi pene no me lo permitían. Una tarde de jueves, mientras regresamos a casa en el coche, mi madre me informó de una visita sorpresa a casa para la cena, y efectivamente, mi instinto me confirmó lo peor: Armando vendría esa noche a cenar a casa. Estuve todo el viaje en silencio, intentando no alarmar ni decir nada, no delatar mis preocupaciones ni mis incertidumbres y me limite a mirar a la carretera y a desear que la tierra me tragase en ese mismo momento. Una vez en casa, mi madre se puso manos a la obra con la cena, preparó un estofado exquisito, sin requerir mi ayuda como previas recetas, estuvo callada, sonriente, como expectante. Mientras cocinaba, tarareaba y disfrutaba como nunca, y que yo recuerde, las tareas domésticas nunca la entusiasmaron tanto, mucho menos la cocina, la odiaba profundamente. Esta vez fue diferente. Subió a ducharse y en lo que lo hacía me pidió que vigilase el horno y que cuando pitara, apagara el switch y dejase salir el vapor, unos 5 minutos después, mi madre estaba en la ducha, y el timbre de la casa sonó un par de veces. Me apresure a la puerta y la abri, como no, ahi estaba él, vistiendo un traje negro con corbata, su figura era imponente, exhibia un hombre muy masculino, escurria testosterona por los oidos. Armando me saludó, me acarició el pelo alborotandolo desde arriba, y pasó a mi casa ajustándose la corbata, sentándose en el sofá. Le dije que mi madre estaba en la ducha, sonrió de forma pícara ...