Los jugadores de básquet y yo (Parte 3: Dipper) - Relatos Eróticos

Los jugadores de básquet y yo (Parte 3: Dipper)

Como les había dicho, tuve una pelea con Diego, quien era mi mejor amigo en ese momento, eso ocurrió los primeros días de febrero en 2025, y claro, yo estaba destrozado, se me había caído la vida entera al tener ese problema con mi mejor amigo. Diego tampoco aguantó, no quería ni verme, y durante esa semana simplemente yo me negaba a soltarlo, ambos sufrimos debo decir, el mas que nadie al enterarse que las dos personas que mas amaba lo traicionaron, y yo me sentí culpable durante mucho tiempo.

Dejé de hablar con los chicos en esos momentos, inventaba excusas a Moisés, Dipper y a Santino porque no tenía ganas ni de levantarme de mi cama, me pasaba llorando y tratando de entender todo lo que estaba pasando a mi alrededor, yo no quería aceptar que Diego, el amigo que básicamente era como el amor de mi vida haya tomado la decisión tan drástica de ya no hablarme nunca más, a sangre fría.

Pero en esos días de sufrimiento, en algún punto hubo una calma, por suerte tenía una buena relación con Dipper, el era un chico muy noble, yo me reflejaba mucho en él, muy tímido, mucho mas que Santino, bastante reservado, es un chico muy lindo, blanquito, pelo lacio color grisáceo, de la misma estatura que yo, quizás 1.78 a lo mucho, bastante flaco, similar a mí. Lo que mas me gustaba de el era su voz, la típica voz de puberto de 15 años al que le salen gallos a veces, era bastante dulce, no había ningún tipo de maldad en él, siempre era buen oyente en todo, así que cuando me animé a ...

... hablar de lo que sentía, el solo decidió escucharme, darme el espacio en su vida para que yo pueda expresar mi frustración, y sacarla afuera, me ayudaba a calmarme cuando estaba exaltado.

La pelea con Diego ocurrió la madrugada del domingo 9 de febrero, volví a hablar con él por WhatsApp para pedirle quizás una oportunidad más después de todas las que me había dado, no pude conseguirla, por lo que me quede en cama todo el día tratando de asimilarlo, me di cuenta que se fue a la casa de su novia esa misma tarde, se arreglaron, se perdonaron, y siguieron bien, claro, lo arreglaron con sexo también, y yo sinceramente estaba celoso, porque si les soy sincero, simplemente descargaba mi frustración sexual con los jugadores de básquet, al no poder tener la rica verga de Diego para mí solo tenía que improvisar.

Siempre estuve celoso, tuve envidia de esa chica, y luego de darme cuenta de que quiso arruinar mi amistad con Diego en ese momento la odié como nunca, y créanme que no la perdono hasta ahora, y dudo poder hacerlo aún, pero oculto ese odio debajo de la fachada de “me chupa un huevo todo”.

Y se preguntaran, en que momento entra Dipper en todo esto, claro, ya vamos a eso.

Llegó el lunes, día donde Diego igual fue a la casa de su novia, ese día no le hable, aunque teníamos la costumbre de hablar todos los días, llega el martes y nada, el miércoles tuve un descargo demasiado grande, le mandé muchos audios diciendo muchas cosas, descargando mi frustración por todo el drama ...