1. Con la profesora (parte 1)


    Fecha: 08/11/2025, Categorías: Grandes series, Autor: glupo, Fuente: CuentoRelatos

    ... cara, en mis tetas, en las nalgas, en la boca –dijo– donde quieras, pero no dentro por favor.
    
    Seguí bombeándola un poco más así, pero lo que más quería era que me vuelva a cabalgar. Me recosté boca arriba, le pedí que se suba encima mío, pero esta vez de frente. Se subió rápidamente, se la metió y comenzó a saltar encima de mi pene. Agarré sus tetas y las comencé a sobar. Luego comenzó a moverse en círculos, me encantaba cuando hacia eso. Luego los movimientos eran de atrás para adelante. Me senté, le comencé a besar las tetas y con mis manos la ayudaba a moverse. Su clítoris se frotaba contra mí, ella gemía fuertemente. Hasta que ya no podía aguantar más, estaba por correrme.
    
    La levanté, la recosté boca arriba, mientras apretaba mi pene, me acomodé encima de ella, apunté hacia sus tetas y su cara y lo dejé salir. Salieron varios chorros disparados, embarrándole la cara y las tetas. Se levantó, fue al baño, se limpió toda mi corrida y volvió. Nos recostamos, y nos quedamos dormidos.
    
    Al día siguiente, me levanté y no podía creer que despertaba con tremenda mujer al lado. Me quedé mirándola unos segundos, hasta que se despertó. Me sonrió, me abrazó. Nos pusimos a conversar, me dijo que la disculpe, porque lo había hecho por rabia a su exnovio, pero que la había pasado muy bien. Pero que no quería una relación.
    
    -Entiendo –le dije, ...
    ... triste– pero la verdad que no tienes por qué disculparte. Ha sido la mejor noche de mi vida. Nunca me habían cogido de esa forma.
    
    -A mí también me encantó, me has hecho venir como hace mucho no lo hacía –dijo para mi sorpresa.
    
    -Entonces no deberíamos dejar de disfrutar de esa forma –dije, tratando de no perder a tan hermosa mujer– puede ser solo sexo.
    
    -No sé si eso funcione, mejor es que esto quede entre nosotros y no volvamos a hablar del tema –dijo tajantemente.
    
    No me quedó más que aceptar su decisión. Así que me despedí y me fui a mi casa, pensando durante todo el camino en cómo alguien podría rechazar a una mujer así. También pensaba en que debía haber hecho para que Patricia acepte verme de nuevo. Pero no me quedó más que resignarme a verla de vez en cuando por la escuela.
    
    Me la crucé varias veces y su saludo siempre fue igual que antes, como si nada hubiera pasado. Eso me entristeció mucho, hasta que un día, pasé frente a su oficina y me llamó. Cuando entré, me dio una hoja de pedido, doblada en dos, y me dijo que se lo entregué a un chef. Lo recibí triste, hasta que ella me guiñó un ojo. Salí apurado, abrí la hoja de pedido, adentro había una pequeña nota.
    
    «LO PENSÉ MEJOR, VEN A MI CASA A LAS 10 PM»
    
    Una sonrisa se dibujó en mi cara, rápidamente guardé la nota en mi bolsillo y fui a entregar la hoja de pedido al chef.
    
    Fin 
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