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Juventud programada
Fecha: 10/11/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Intercambios Autor: Ericl, Fuente: SexoSinTabues30
... la humedad que ya se acumulaba entre sus pliegues. Samantha tembló, un gemido ahogado escapó de su garganta. El alcohol le hacía perder la vergüenza, le soltaba la lengua y los músculos, dejándola al borde de un abandono total. Alex, sin soltarla, le atrapó los labios en un beso brusco, metiendo la lengua hasta obligarla a jadear contra su boca, mientras Theodore, de rodillas ahora, apartaba la tela y pegaba el rostro a su vagina. La lengua de él se hundió de golpe, lamiendo con ansia, devorando su humedad, mientras Alex seguía apretando su pecho plano con violencia contenida. El vaivén era hipnótico. Cuando Alex se apartaba para verla jadear, Theodore se volvía más voraz, chupando con fuerza, introduciendo un dedo primero, luego dos, estirándola hasta escuchar cómo el aire le escapaba en un sollozo excitado. Y cuando Theodore la dejaba al borde, Alex la tomaba por la cintura y la hacía sentarse sobre su regazo, obligándola a sentir el bulto duro de su erección rozándole a través de la tela. No hubo pausa. Alex bajó la cremallera de sus pantalones con una mano y liberó su miembro, guiándoselo contra la entrada ya lubricada de Samantha. Ella gimió con un dejo de incredulidad y ansia cuando la punta comenzó a abrirla, caliente, rígida, empujando sin piedad. En ese instante, Theodore se colocó detrás, sujetándola por las caderas, y mientras Alex la penetraba con un movimiento lento pero profundo, Theodore bajó también la cremallera, sacando su propio pene, palpitante, ...
... empapado ya por la urgencia. Samantha apenas pudo articular palabra. Entre el vino en su sangre y la sensación de dos cuerpos reclamándola, se entregó arqueando la espalda. Alex la empalaba desde abajo, su verga deslizándose hasta el fondo en cada embestida, mientras Theodore, sin darle tregua, apartaba la poca tela que quedaba y empujaba contra la estrechez de su ano. El primer contacto le arrancó un grito, mezcla de dolor y delirio, pero Theodore no cedió: avanzó con firmeza, invadiéndola hasta que ambos la llenaron por completo. Theodore estaba completamente absorto en la escena, con una intensidad que rozaba lo enfermizo. La sujetaba fuerte de las caderas, obligándola a aguantar cada embestida suya por detrás, mientras no podía apartar la mirada de cómo el sexo de Alex desaparecía dentro de ella desde el frente. El contraste lo enloquecía: verla abierta, temblando, tragándose a dos hombres adultos a la vez, era la confirmación de una fantasía que jamás había pensado vivir tan pronto. Samantha gritaba, ahogada entre placer y dolor. Sus uñas se clavaban en los hombros de Alex, buscando aferrarse a algo mientras el cuerpo le temblaba con cada nueva invasión. El ardor en su ano la hacía morderse los labios hasta sangrar un poco, pero el alcohol en su sangre convertía esa incomodidad en vértigo puro, un borde al que se arrojaba sin pensar. Era su primera vez siendo penetrada ahí, y se lo notaba en la rigidez de sus músculos, en el modo en que cada empuje de Theodore ...