La excursion naval - Relatos Eróticos

La excursion naval

... decían nada, pero les había quedado clara la lección.

-Ahora bajad a vuestro camarote, secaros y descansad.

Rápidamente tomaron camino escaleras abajo, entraron en su camarote, cerraron la puerta y a los pocos segundos sintieron como les cerraban con llave desde fuera. Estaban de nuevo allí atrapadas, pero al menos vivas. Se secaron con toallas que encontraron en el pequeño aseo que tenía la amplia habitación y enseguida y como por instinto se quitaron la parte de abajo del bikini y se pusieron su ropa interior y su blusa y pantalones que llevaban desde el principio. Y exhaustas se tumbaron sobre la cama.

Fue pasando la tarde, ni siquiera sintieron ganas de cenar, nadie acudió a avisarlas y fue cayendo la noche sin más noticias de los tripulantes del yate, el cansancio hizo mella en ellas y cayeron dormidas.

SEGUNDO DIA DE TRAVESIA.

Era temprano pero el sol hacía ya un par de horas que entraba por las ventanas de ojo de buey del camarote. Las chicas también llevaban un rato ya despiertas, sin hablar, sin ánimos de moverse y comprobando que aquello desgraciadamente no había sido una pesadilla.

Se oyó como abrían la puerta y uno de los guardianes asomaba la cabeza para decirles que se duchasen y en 20 minutos volvería a por ellas para el desayuno.

Nada más que se cerró la puerta, esta vez sí que enseguida se pusieron en marcha, no querían que sucediese como el día anterior y tener que ducharse con la presencia del guardián. Fue primero Gema quien se quitó ...

... sus ropas y se metió en la pequeña ducha, mientras que Patri la esperaba y la recriminaba que estaba tardando demasiado.

A los 20 minutos las 2 chicas estaban ya aseadas y vestidas y puntualmente aquel hombre volvió a buscarlas. Subieron de nuevo a cubierta y allí los dos árabes más jóvenes las esperaban para desayunar. Tomaron un suculento desayuno que fue servido por la muchacha del cabello cubierto del día anterior.

-Veo que hoy si se levantaron con hambre y sed. El ejercicio de natación de ayer y no cenar, les ha abierto el apetito.

No hubo respuesta por parte de ellas, pero ciertamente si estaban dando buena cuenta de la variada bollería y fruta que les fue servida. Tenían hambre y quien sabe que les esperaba el día de hoy.

-¿Qué planes tienen para hoy señoritas?, dijo Ahmed.

Tras unos segundos de silencio y dudas, Gema comenzó a hablar con voz entrecortada.

-Por favor, dejarnos marchar. No diremos nada a nadie, os lo juro. Por favor…

-Bien, creo que ese plan vuestro no entra dentro de nuestros planes por el momento.

-Dentro de 3 días tenemos que estar en Abu Dabi, pero por el momento aún disponemos de tiempo suficiente para disfrutar de estar pequeñas vacaciones en vuestra compañía, añadió Omar.

-Disculpad a nuestros padres, ayer se acostaron tarde y no les gusta madrugar, pero podemos hacer algún juego sin ellos, ¿les parece?

Las chicas no respondieron, pero aquello de “hacer algún juego” no sonaba precisamente nada alentador.

Terminado ...