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La tía Lupe, una mujer muy astuta
Fecha: 20/11/2025, Categorías: Incesto Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos
Ella era la esposa de mi tío, la verdad siempre traté de evitar como era físicamente, unas tremendas piernas, un abdomen plano y unas nalgas paradas las cuales presumía con sus ajustados jeans. Así era mi tía Lupe, una mujer muy astuta y envidiosa, el típico estereotipo de nuera odiada en mi país, pero bueno, los años pasaron y ella como los buenos vinos se ponía cada vez mejor. Cuando yo tenía 20 años y estaba emergiendo mi madurez, comencé a notar el forro de mujer que era, lo que me sorprendía de cómo mi tío teniendo a ese culazo de mujer, le era infiel cada vez que podía, aunque años después lo entendí al pasar por la misma situación, pero bueno, me di cuenta que la tía era muy aventada, algunos primos me decían que ya le habían dedicado masturbaciones, jajá, lo que a mí me parecía hasta en ese entonces algo molesto, ya que yo, la respetaba mucho por no solo ser mi tía, si no también mi madrina, así que su divino cuerpo pasaba desapercibido para mí, pero fue justo en esa época que ella usando su calza negra, marcando su tanga, me generó una erección, más cuando me abrazo y sentí sus tetas en mis hombros y verla cruzar las piernas para ver sus carnosos muslos marcarse en la licra negra! La noche de navidad llegó, todos andábamos celebrando en familia, la mayoría de los primos ya eran adultos y estaban con sus respectivas parejas o en su mundo, yo quien aún era soltero me quedé a pasar la noche en la mesa, fue entonces que ella se me acercó. Traía un ...
... minivestido negro entalladísimo con unas medias negras las cuales marcaban maravilloso sus torneadas piernas, mi tío andaba cotorreando con los demás, tomando y carcajeándose pero ella estaba extraña, se sentó a mi lado y empezamos a conversar de varios temas, el primordial fue el divorcio de mis padres. Conforme pasó la noche todos fueron cayendo, la tía y yo hablábamos ahí como una pareja en pleno crecimiento, mis manos acariciaban sus piernas y ella se recargaba en mi hombro y me acariciaba las piernas también. L: ¡Vamos a bailar sobrino! LU: ¡Ok tía, vamos!! Bailábamos con música de banda y salsa, hasta llegar al merengue donde mi tía me impactó con su sensual y escandaloso movimiento de cadera… LU: ¡Bailas súper tía! L: ¡Chamaco, ponte a bailar y deja de verme! LU: ¡Jajá!! L: Anda, muévete, ven, ¡agárrame de aquí! L: ¿De su cintura? LU: Si, ¡de ahí!! Bailaba muy pegadito con ella, sentía sus nalgas rozar mi polla, la cual poco a poco se endurecía y me impedía moverme, ella no se percataba y continuaba bailando espectacular. Después de unas cuantas piezas de música y unas cervezas finalmente quedamos ella y yo en la sala, mi tía ya estaba un poco pasada de alcohol y yo lo aprovechaba, le arrimaba mi verga en sus nalgas, ella no me decía nada, de hecho, me besaba el cuello y me apretaba de las manos para que no la soltara. LU: Tía, ¡creo que ya la debo llevar a su cuarto! L: ¡No, estamos de fiesta, déjame aquí! LU: ¡No tía, vamos, venga, ...